“Es el Señor
quien lo ha hecho…”
Solicitud paciente y amorosa del amo de
la viña, rechazo y desprecio de los viñadores, transferencia de responsabilidades
a otros labradores. Sobre este trípode se construye la parábola. El evangelista
Mateo coloca esta parábola en medio de otras dos: el hijo que dijo sí y no fue
a la viña y los convidados a la boda que rechazan la invitación. En las tres se
dan actitudes coincidentes:
1) la solicitud del dueño de la viña que
envía al hijo, el cuidado de la viña a unos trabajadores, la generosidad del
rey que convida a la boda de su hijo;
2) el rechazo de la misión en el hijo
que no fue, en los viñadores que maltratan a los enviados, en los convidados a
la boda que desprecian la invitación;
3) la transferencia de
responsabilidades: al hijo que fue, a otros viñadores, a otros convidados.
Estos protagonistas se oponen al
proyecto del amo de la viña. No aceptan sus planes ni su proyecto de vida para
todos. Dios es ese amo de la viña la cual podemos identificar con el mundo, la
humanidad, la Iglesia, cada hombre concreto. Por todos ellos y para todos ellos
se muestra la solicitud amorosa de Dios, en medio de una cultura donde el
“mesianismo secularista” acampa por sus fueros. El hijo rechaza el mandato del
padre: “ve a mi viña, y no fue”; los viñadores dan la espalda al amo
maltratando y matando a los enviados; los convidados no quieren saber nada con
la boda preparada. Nuestra cultura actual ha despejado de sus inquietudes y
caminos la presencia de Dios. “Dios ha muerto”, abriendo así el camino al
desprecio a la dignidad de toda persona.
DIOS
NOS HABLA. CONTEMPLAMOS SU PALABRA.
I
LECTURA
“Las viñas solían ser el sustento de una
familia, trabajada y conservada por generaciones. (...) Debido a los cuidados
que requiere la viña, puede ser también una imagen del pueblo al que Dios
plantó con esmero y cuidó con cariño, pero no dio los frutos esperados”.
Lectura
del libro de Isaías 5, 1-7
Voy a cantar en nombre de mi amigo el
canto de mi amado a su viña. Mi amigo tenía una viña en una loma fértil. La
cavó, la limpió de piedras y la plantó con cepas escogidas; edificó una torre
en medio de ella y también excavó un lagar. Él esperaba que diera uvas, pero
dio frutos agrios. Y ahora, habitantes de Jerusalén y hombres de Judá, sean
ustedes los jueces entre mi viña y yo. ¿Qué más se podía hacer por mi viña que
yo no lo haya hecho? Si esperaba que diera uvas, ¿por qué dio frutos agrios? Y
ahora les haré conocer lo que haré con mi viña; Quitaré su valla, y será
destruida, derribaré su cerco y será pisoteada. La convertiré en una ruina, y
no será podada ni escardada. Crecerán los abrojos y los cardos, y mandaré a las
nubes que no derramen lluvia sobre ella. Porque la viña del Señor de los
ejércitos es la casa de Israel, y los hombres de Judá son su plantación
predilecta. ¡Él esperó de ellos equidad, y hay efusión de sangre; esperó
justicia, y hay gritos de angustia!
Palabra
de Dios.
SALMO
Salmo
79, 9. 12-16. 19-20
R.
La viña del Señor es su pueblo.
Tú sacaste de Egipto una vid, expulsaste
a los paganos y la plantaste; extendió sus sarmientos hasta el mar y sus
retoños hasta el Río. R.
¿Por qué has derribado sus cercos para
que puedan saquearla todos los que pasan? Los jabalíes del bosque la devastan y
se la comen los animales del campo. R.
Vuélvete, Señor de los ejércitos,
observa desde el cielo y mira: ven a visitar tu vid, la cepa que plantó tu
mano, el retoño que tú hiciste vigoroso. R.
Nunca nos apartaremos de ti: devuélvenos
la vida e invocaremos tu Nombre. ¡Restáuranos, Señor de los ejércitos, que
brille tu rostro y seremos salvados! R.
II
LECTURA
Es
cierto que tenemos grandes preocupaciones, muchas incertidumbres, inseguridades
y problemas. Hoy san Pablo nos invita a entregar todo esto a Dios para que
alcancemos la paz, sabiendo que el Señor no abandona.
Lectura
de la carta del apóstol san Pablo a los cristianos de Filipos 4, 6-9
Hermanos: No se angustien por nada, y en
cualquier circunstancia, recurran a la oración y a la súplica, acompañadas de
acción de gracias, para presentar sus peticiones a Dios. Entonces la paz de
Dios, que supera todo lo que podemos pensar, tomará bajo su cuidado los
corazones y los pensamientos de ustedes en Cristo Jesús. En fin, mis hermanos,
todo lo que es verdadero y noble, todo lo que es justo y puro, todo lo que es
amable y digno de honra, todo lo que haya de virtuoso y merecedor de alabanza,
debe ser el objeto de sus pensamientos. Pongan en práctica lo que han aprendido
y recibido, lo que han oído y visto en mí, y el Dios de la paz estará con
ustedes.
Palabra
de Dios.
ALELUYA
cf. Jn 15, 16
Aleluya. “Yo los elegí del mundo, para
que vayan y den fruto, y ese fruto sea duradero”, dice el Señor. Aleluya.
EVANGELIO
Jesús
retoma la imagen del poema de la viña de Isaías, pero ya no para hablar de la
ingratitud del pueblo, sino de la maldad de los dirigentes, que eran los
encargados de que ese campo de vides diera buenos frutos. El evangelio denuncia
a quienes se han apropiado de la viña, es decir, de los bienes de Dios. Nadie
es dueño de lo que Dios nos ha dado a todos.
Ì Evangelio
de nuestro Señor Jesucristo según san Mateo 21, 33-46
Jesús dijo a los sumos sacerdotes y a
los ancianos del pueblo: “Escuchen esta parábola: Un hombre poseía una tierra y
allí plantó una viña, la cercó, cavó un lagar y construyó una torre de
vigilancia. Después la arrendó a unos viñadores y se fue al extranjero. Cuando
llegó el tiempo de la vendimia, envió a sus servidores para percibir los
frutos. Pero los viñadores se apoderaron de ellos, y a uno lo golpearon, a otro
lo mataron y al tercero lo apedrearon. El propietario volvió a enviar a otros
servidores, en mayor número que los primeros, pero los trataron de la misma
manera. Finalmente, les envió a su propio hijo, pensando: ‘Respetarán a mi
hijo’. Pero, al verlo, los viñadores se dijeron: ‘Este es el heredero: vamos a
matarlo para quedarnos con su herencia’. Y apoderándose de él, lo arrojaron
fuera de la viña y lo mataron. Cuando vuelva el dueño, ¿qué les parece que hará
con aquellos viñadores?”. Le respondieron: “Acabará con esos miserables y
arrendará la viña a otros, que le entregarán el fruto a su debido tiempo”.
Jesús agregó: “¿No han leído nunca en las Escrituras: ‘La piedra que los
constructores rechazaron ha llegado a ser la piedra angular: esta es la obra
del Señor, admirable a nuestros ojos?’. Por eso les digo que el Reino de Dios
les será quitado a ustedes, para ser entregado a un pueblo que le hará producir
sus frutos”. Los sumos sacerdotes y los fariseos, al oír estas parábolas,
comprendieron que se refería a ellos. Entonces buscaron el modo de detenerlo,
pero temían a la multitud, que lo consideraba un profeta.
Palabra
del Señor.
MEDITAMOS
LA PALABRA
“Escuchen”.
El auditorio es concreto y preciso: los
poderes religiosos (sumos sacerdotes) y los poderes políticos (los senadores)
de Israel. Hoy ese auditorio es distinto y, al mismo tiempo, parecido. Son los
sistemas económicos y financieros, las luchas por el poder político, o las
dictaduras de las ideologías, las que imponen los caminos y hasta los valores.
Las tres tienen las mismas cartas credenciales: la ambición, la mentira, la
falsa justificación y la corrupción. Ambición y corrupción se dan la mano en la
actitud de los viñadores homicidas.Todo ello es fuente de procesos
deshumanizantes que abren heridas en tantos rostros humanos: la pobreza, las
injusticias, las marginaciones…. Presencias del dolor y del sufrimiento,
causados por los poderosos de turno… La persona humana no cuenta, se convierte
en un objeto sin valor ante las ambiciones de otros. Los viñadores homicidas
son la presencia de toda ambición y codicia: se quieren quedar con la viña, con
aquello que no les pertenece. Y lo hacen de un modo cruel: maltrataron,
apedrearon, mataron.
1. La
solicitud paciente y amorosa de Dios “a pesar de”.
San Mateo utiliza cinco verbos para
mostrar la solicitud paciente y amorosa de Dios por su viña, por su creación y
sus criaturas: plantó, rodeó, cavó, construyó, arrendó. ¿Qué más pude hacer por
mi viña? Dios no abandona la obra de sus manos. “A pesar del” rechazo continúa
amando a su viña y envía a otros mensajeros; “a pesar” de la oposición a sus
planes se hace presente en el ministerio profético (“han matado a los profetas”,
afirma Nehemías); “a pesar de” rechazar la misión del Hijo, el Padre continúa
manifestando su misericordia. Eso sí, quitará el Reino de Dios a los
ambiciosos, corruptos e injustos (sumos sacerdotes y senadores), y lo pondrá en
las manos de quienes se comprometan a asumir en la vida su proyecto creacional
y salvífico.
2. La
negación de la propia identidad.
Los viñadores olvidan las señas de su
propia identidad: son arrendatarios, no dueños de la viña. Este es el drama más
profundo de nuestra cultura actual. La criatura ambiciona el papel de creador.
Niega su identidad. Pablo VI lo afirmaba de esta manera tan rotunda: “La
religión del Dios que se hace hombre está siendo sustituida por la religión del
hombre que se hace Dios”. Es la tentación de origen: “Seréis como dioses”. El
progreso científico-técnico nos invita a creer que el hombre se basta por sí
mismo; no necesita a Dios. Pero esta criatura con ambiciones de Creador, ¿ha
solucionado la incógnita de la muerte?, ¿ha puesto fin al dolor y al sufrimiento?,
¿ha desterrado para siempre la pobreza y las injusticias?, ¿ha roto las cadenas
de las esclavitudes modernas? Más bien, ha originado nuevos problemas, incapaz
de devolver la dignidad a todo ser humano.
3. La
oposición a la novedad.
Los enviados por el amo de la viña son
el símbolo de la novedad, de lo nuevo. Esa gran novedad, aportada por Cristo
Jesús, es el Reino de Dios. Los mandatarios de Israel no aceptan que se
desmonten sus posiciones y privilegios. Por eso rechazan la novedad que aportan
los enviados. ¿La reacción? El maltrato, el apedreamiento y el homicidio. Los
tres signos de muerte. Esa actitud nos habla de que algunos no quieren la vida
para todos, apoya las discriminaciones sociales, favorece las exclusiones de
los que no cuentan. Cerrarse a la novedad del Evangelio que aporta y
personifica Cristo Jesús equivale a abrir las puertas a todo tipo de
manipulaciones en detrimento de la dignidad de todos.
Los seguidores de Cristo y de su
Evangelio estamos llamados a ser “sacramento” de la solicitud amorosa del
Padre; convocados a proclamar la dignidad de las criaturas sin suplantar al
Creador; receptores de una novedad que ilumina los senderos de la humanidad. La
Iglesia debe ser profecía encarnada del proyecto de Dios, denunciando, sin paliativos,
como lo hace la parábola, a los propagadores de muerte y de exclusión. Sin
Dios, toda injustita es posible.
ESTUDIO
BÍBLICO
Iª Lectura: Isaías (5,1-5): Una viña muy
amada
I.1. La Iª Lectura de este domingo es
una de las composiciones de más envergadura profética para hablar al pueblo y
del pueblo. El gran maestro de la profecía de Judá y Jerusalén (s. VIII a. C.)
comienza por este poema, canto o trova, a meterse de lleno en las entrañas de
esa comunidad del pueblo elegido para poner sobre la mesa los sentimientos de
Dios, sus profundas entrañas de búsqueda del pueblo amado. A pesar de la
artificialidad con que en los cantos se eligen palabras y símbolos, en el caso
del profeta no se trata de simple poesía, porque la poesía es sentimiento puro,
y en Isaías, teología pura.
I.2. Este es el canto del amigo (se
entiende que es el profeta), como cuando se habla del amigo del esposo, que
canta un canto de amor. El amigo -"esposo de la viña"- ha mimado la
viña: con lo que se expresa todo lo que Dios ha hecho con el pueblo elegido
desde que lo liberó de Egipto y se hizo con él una Alianza. Puede resultar
extravagante que el amigo tenga por esposa una "viña", pues eso es lo
que hay que precisar en primer lugar. Una viña no puede tener sentido si no
fuera porque es el "símbolo" de un amor verdadero, ¡cómo aman y miman
los campesinos sus viñas! La imagen está lograda hasta el punto que la
artificialidad logra su cometido. El pueblo de Israel, pueblo de origen
pastoril, errante, esclavo, llega a sedentarizarse en un lugar, en una tierra,
que es un don, y plantan viñas y huertas. ¡Así es de verdad la libertad
campesina! La identificación entre el pueblo y la viña es patente.
I.3. ¿Qué más puede hacer un Dios por un
pueblo? ¿Qué ha sucedido para que la viña no produzca buen fruto? Para entender
todo eso debemos leer el libro de Isaías desde el comienzo hasta este momento,
porque ahí describe el profeta lo que ha pasado: buscan otros dioses, buscan en
la naturaleza y la fertilidad lo que viene de Dios; los poderosos han
implantado la injusticia; Jerusalén, centro de la religión, no cuida de los
desgraciados, de los huérfanos, de las viudas; la ciudad vive del soborno y el
robo de unos pocos que se enriquecen. Antes, errantes, peregrinos por el
desierto, probablemente eran más solidarios. Los sufrimientos compartidos,
solidarizan. Pero las cosas han cambiado.
I.4. El poema de la viña es la expresión
poética de lo que se ha descrito previamente con palabras más duras. Pero no
olvidemos, como dice el profeta, que este es un canto de amor. Es la forma que
Dios tiene, por medio de su amigo el profeta, de hablar al corazón del pueblo,
como la amada al amado. Es decir, esto se afirma, se expresa, porque se ama de
verdad y porque se espera una respuesta. Hay reproches, incluso amenazas,
porque si la persona amada no responde ¿qué puede suceder? Las viñas se cortan
y se plantan otras cosas.
IIª Lectura: Filipenses (4,6-9): La
comunidad cristiana, viña del Señor
II.1. Es verdad que el texto de
Filipenses debería estar precedido por el anuncio de la alegría y de la
presencia inmediata del Señor (vv. 4-5), que justifican a todos los efectos las
exhortaciones de la lectura de hoy de cómo esperar y vivir ese momento como una
verdadera comunidad cristiana. No obstante la lectura se centra en la praxis
verdadera de oración y confianza cara al futuro, en no tener miedo pase lo que
pase. En este sentido podemos tener muy en cuenta lo que se nos dice que esos
versículos mencionados (que se leen en Adviento.
II.2. No obstante podríamos considerar
que la lectura en sí, es la contrarréplica a lo que el profeta Isaías ha
descrito sobre la viña del Señor. Ahora Pablo está hablando de lo que debe ser
una comunidad cristiana en el mundo. El valor simbólico y teológico de la viña
del Señor sigue estando presente. Digamos que en una descripción práctica de la
calidad del fruto de la viña; ésta debe identificarse en el mundo por la
alegría, la comprensión, la paz en el corazón y en la mente, porque si no se
tiene paz interior, profunda, iremos a la guerra y justificaremos la violencia.
Y además: la verdad, lo justo, la limpieza de corazón. En definitiva, hacer el
bien siempre y en todo momento. Esto es lo que el profeta pedía a la viña del
Señor y esto es lo que Pablo pide a la comunidad cristiana.
Evangelio: Mateo (21,33-43): Dios, ha
plantado una viña, una comunidad, nueva
III.1. El evangelio nos propone la
parábola de los viñadores homicidas y está en continuidad con los textos del
evangelio de Mateo que muestran las polémicas de Jesús con los dirigentes
judíos antes de la pasión, viniendo a poner el punto final de una polémica que
comenzó en Galilea. Aunque la parábola está tomada de Marcos (12,1-12), el primer
evangelio nos propone algunos matices que llevan el texto a una densidad
polémica contra el judaísmo, que extraña sobremanera en este evangelio de
Mateo, tan propicio a asumir lo mejor de la teología veterotestamentaria y
judaica.
III.2. En la redacción y sentido de esta
parábola juega un papel importante la reflexión sobre el Sal 118,22-23. Se
identifica claramente a los viñadores con los jefes del pueblo. El
"vosotros" del v. 43 indica que los dirigentes religiosos del
judaísmo, rechazando a Jesús, han perdido su última oportunidad de dar a Dios
lo que correspondía y, de esa forma, han arrastrado a todo el pueblo en su
infidelidad como aparecerá claramente en el juicio ante Poncio Pilato (cf Mt
27,20-25). La segunda parte de la sentencia anuncia el traspaso de la viña que
no se hará a "otros dirigentes" sino a un nuevo "pueblo que
produzca frutos" (v. 43). Esto es importante para entender esta parábola,
no solamente porque los cristianos debemos rechazar todo antisemitismo, sino
porque es verdad que la decisión final de condenar a Jesús estuvo en manos de
"dirigentes" ciegos para ver e imposibilitados para acoger palabras
proféticas como las de Jesús sobre Dios y sobre el Reino.
III.3. Esta parábola, con sus
transformaciones en la comunidad cristiana después de la pasión de Jesús, es
una puerta abierta siempre a la conversión, a la esperanza. Los hombres que en
tiempos de Jesús aguardaban, entonces, que se diera en su generación la
irrupción de un mundo nuevo e inaudito, se percataron de que aquella parábola
iba por ellos y no quisieron aceptar que el tiempo nuevo había llegado con
aquél profeta que hablaba de aquella manera. Quien entiende que esta parábola
nos introduce en un mundo donde sólo hay vida cuando no se vive a costa de
otras vidas, habrá dado con esa puerta abierta a la esperanza, a la
fraternidad, a la paz y a la justicia. Sabemos que la realidad última, para la
fe cristiana, es Dios mismo, pero como Dios Padre de todos los hombres. Era el
Padre de Jesús, el profeta de Nazaret, y ese Dios, cuando se asesina a
cualquier hombre, siente en sus entrañas lo que sintió con la muerte de Jesús.
También esta parábola de Jesús es un canto de amor por la vida.
III.4. Pero no podemos evitar sacar
conclusiones muy significativas para ahora y para todos los tiempos. La
religión que mata o permite guerras en nombre de Dios, no es exactamente
"religión", religación a Dios. Por eso esta es una parábola que debe
leerse clara y contundentemente contra los fundamentalismos religiosos que
amenazan tan frecuentemente a los pueblos y a las culturas. No hay apologética
capaz de defender a "nuestro Dios" con la muerte de los otros, porque
en todos esos asesinados, Dios mismo está muriendo. Y si Jesús fue eliminado,
creyendo los dirigentes que daban gloria a su Dios, se encontraron con que esa
muerte se ha convertido en la "piedra angular" de una religión nueva
de amor y de paz. Y los asesinos fundamentalistas, pues, quedarán sin Dios y
sin religión.
PARA FORMAR CONCIENCIA...
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