domingo, 21 de enero de 2018

DOMINGO 3º DEL TIEMPO ORDINARIO


El tiempo se ha cumplido
Me parece conveniente, como labor periódica y saliendo de tantas fiestas, hacer referencia al sentido de las celebraciones litúrgicas. La liturgia, especialmente la eucarística, siempre necesitará de una pedagogía que ilumine las catequesis, a los que van descubriendo el sentido cristiano, para animación de la celebración resaltando los contenidos, es decir, para hacerla participativa…

En la reforma litúrgica del Concilio Vaticano II se proponían cambios “para acrecentar la vida cristiana de los fieles, adaptarse mejor a las necesidades de nuestros tiempos, promover todo lo que pueda contribuir a la unión de los creyentes en Jesucristo y para dar esplendor al testimonio cristiano de ser iglesia”.

Dos luces para toda acción litúrgica: “la liturgia es el ejercicio del sacerdocio de Jesucristo” y “el considerar el antes, el ahora y el después de cada una de sus acciones especialmente de la eucarística”.

Después de Navidad, con el Adviento y la Epifanía entramos en el tiempo llamado “tiempo ordinario”  y para este año el conductor será el evangelista San Marcos, con sus características propias. En este Domingo III nos introduce de lleno en la predicación de Jesús: Buena Nueva para la humanidad…

Marcos presenta a Jesús, en la primera parte de su relato, predicando en “la Galilea de los desamparados”. Va proclamando la Buena Noticia de Dios. Enseña con su pedagogía y la fuerza sanadora del alma y del cuerpo. Son los gestos por los que se hace conocer como la novedad esperanzadora, y las gentes llegan a sentirlos como fuerza liberadora. No enseña con la autoridad de los maestros de la ley.

Llama a algunos que lo dejan todo y se van con Él para colaborar en la creación y extensión de la Buena Noticia.

DIOS NOS HABLA. ESCUCHAMOS SU PALABRA.

I LECTURA

Nínive no era una ciudad que pertenecía a Israel. Sus habitantes adoraban a otros dioses. Y en tiempos en que se escribió este libro sagrado, el Dios de Israel era comprendido como el Dios de “ese” pueblo. Sin embargo, ahora esos tiempos cambian. Ya no se lo limita a Dios a un solo pueblo, y “se lo acerca” a otros, más lejanos, grandes, poderosos, e incluso, conquistadores. Porque Dios puede abrazar al mundo entero, para que todos vivamos en su reino de justicia y amor.

Lectura de la profecía de Jonás 3, 1-5. 10

La palabra del Señor fue dirigida por segunda vez a Jonás, en estos términos: “Parte ahora mismo para Nínive, la gran ciudad, y anúnciale el mensaje que yo te indicaré”. Jonás partió para Nínive, conforme a la palabra del Señor. Nínive era una ciudad enormemente grande: se necesitaban tres días para recorrerla. Jonás comenzó a internarse en la ciudad y caminó durante todo un día, proclamando: “Dentro de cuarenta días, Nínive será destruida”. Los ninivitas creyeron en Dios, decretaron un ayuno y se vistieron con ropa de penitencia, desde el más grande hasta el más pequeño. Al ver todo lo que los ninivitas hacían para convertirse de su mala conducta, Dios se arrepintió de las amenazas que les había hecho y no las cumplió.
Palabra de Dios.

Salmo 24, 4-5. 6. 7-9

R. Muéstrame, Señor, tus caminos.

Muéstrame, Señor, tus caminos, enséñame tus senderos. Guíame por el camino de tu fidelidad; enséñame, porque tú eres mi Dios y mi salvador. R.

Acuérdate, Señor, de tu compasión y de tu amor, porque son eternos. Por tu bondad, Señor, acuérdate de mí según tu fidelidad. R.

El Señor es bondadoso y recto: por eso muestra el camino a los extraviados; él guía a los humildes para que obren rectamente y enseña su camino a los pobres. R.

II LECTURA

San Pablo nos enseña a considerar la fragilidad del tiempo, de las relaciones humanas y de nuestra vida social. No para que abandonemos nuestros compromisos actuales o nos hagamos irresponsables, sino para que consideremos que todo debe ordenarse en torno de Dios y sus promesas.

Lectura de la primera carta del apóstol san Pablo a los cristianos de Corinto 7, 29-31


Lo que quiero decir, hermanos, es esto: queda poco tiempo. Mientras tanto, los que tienen mujer vivan como si no la tuvieran; los que lloran, como si no lloraran; los que se alegran, como si no se alegraran; los que compran, como si no poseyeran nada; los que disfrutan del mundo, como si no disfrutaran. Porque la apariencia de este mundo es pasajera.
Palabra de Dios.

ALELUYA        Mc 1, 15

Aleluya. El Reino de Dios está cerca. Conviértanse y crean en el Evangelio. Aleluya.

EVANGELIO

“La aceptación del reinado de Dios se da en el seguimiento de Jesús, que es la prosecución de su historia, que es actuar en nuestra situación de un modo equivalente a como él lo hizo en la suya. Esta fidelidad creativa es posible a todos los seres humanos, incluso a quienes ignoran el nombre de Dios y de Jesús, porque sobre cada uno está derramado el Espíritu de Dios que es el de Jesús. Así pues a todos está abierta la posibilidad de constituirse en hijos de Dios y de ir construyendo el mundo fraterno de los hijos de Dios. Ese mundo sería el reino de Dios”.

Ì Evangelio de nuestro Señor Jesucristo según san Marcos 1, 14-20

Después que Juan Bautista fue arrestado, Jesús se dirigió a Galilea. Allí proclamaba la Buena Noticia de Dios, diciendo: “El tiempo se ha cumplido: el Reino de Dios está cerca. Conviértanse y crean en la Buena Noticia”. Mientras iba por la orilla del mar de Galilea, vio a Simón y a su hermano Andrés, que echaban las redes en el agua, porque eran pescadores. Jesús les dijo: “Síganme, y yo los haré pescadores de hombres”. Inmediatamente, ellos dejaron sus redes y lo siguieron. Y avanzando un poco, vio a Santiago, hijo de Zebedeo, y a su hermano Juan, que estaban también en su barca arreglando las redes. En seguida los llamó, y ellos, dejando en la barca a su padre Zebedeo con los jornaleros, lo siguieron.
Palabra del Señor.

MEDITAMOS LA PALABRA DE DIOS.
 
De la mano del evangelista San Marcos, año B

Lo primero que requiere el enviado de Dios, su Hijo Jesús, es: “El Reino de Dios está cerca, arrepentíos, y creed en el Evangelio”. En este momento no se trata de dar un tono penitencial de tipo cuaresmal; es una seria llamada de Dios que exige una respuesta. La cosa parece sencilla y le decimos: bien, por supuesto… Pero no se puede proceder con ligereza; este punto de partida parece pequeño, como una semilla… pero para que crezca y de frutos…

En las lecturas hemos visto cómo los ninivitas fueron más decididos y eficaces que Jonás y los suyos; lo institucional podía más para el cambio que la novedad que creaba esperanza en los paganos. El Centurión del Calvario fue el primero en confesar al crucificado como “Hijo de Dios”…

La actitud de escucha a la Palabra, con aceptación y entusiasmo (esperanza) hay que irla desarrollando todo el año; no faltarán motivaciones que Jesús Maestro interpretará con sus gestos salvíficos…

Jonás 3,1-5.10: El contenido de esta lectura: la iniciativa divina, un profeta forzado que cumple la misión, pero le resbalan los contenidos y unos destinatarios que reciben a corazón abierto la predicación y se convierten. Nínive representa a los enemigos de Israel y Jonás encarna la actitud oficial de Israel; sólo Israel es bueno. El pasaje es revolucionario: manifiesta la misericordia de Dios con todos… y no nos enteramos!

Enlaza con el Evangelio en que por la predicación de Jesús se nos  invita a la conversión sincera: Jesús nos convida a participar del Don misericordioso de Dios y a colaborar en extensión, pase lo que pase; no en vano comienza su predicación cuando Juan Bautista es apresado.

Mc 1,14-20: El estilo de Marcos es apretado y rápido; el texto para este domingo III ya supone el inicio de la vida pública de Jesús: “vino desde Nazaret de Galilea y en el Jordán fue bautizado por Juan Bautista… se rasgaron los cielos y se oyó una voz “Tú eres mi Hijo amado en ti me complazco”; luego Jesús se retira al desierto…

Esta es la presentación de Jesús. El encarcelamiento de Juan es la hora del arranque: Jesús va de aquí para allá predicando, curando, moviendo multitudes… y resume “ha llegado el momento, el Reino de Dios está cerca”. La gente reacciona con entusiasmo y Jesús les advierte que es necesaria la conversión y creer en la Buena Nueva. El arrepentimiento exige un modo diferente de ver las cosas; el evangelio es nuevo sentido de la vida. Jesús llama y es tan seductora su llamada que “se deja todo “para seguirle. Este es el Plan de Dios. Los ninivitas lo entendieron, pero Jonás y tantas gentes no acabamos de entenderlo.                                         

1ª Cor 7, 29-31
Pablo establece un principio básico, no sólo para los casados o consagrados: la Buena Noticia sólo es perceptible en la medida del desprendimiento, para estar atento a la llamada del Señor. Lo demás es pasajero.

ESTUDIO BÍBLICO

I Lectura: Jonás (3,1-5.10): "Todos pueden convertirse"

I.1. La liturgia de hoy nos ofrece, como primera lectura, un texto del libro de Jonás, el profeta que debía ir a la Nínive de los asirios, prototipo del pueblo opresor, para predicar la conversión. Este libro, que ha recibido muchas interpretaciones, probablemente vio la luz en los tiempos postexílicos de Esdras y Nehemías, cuando aparece una política religiosa de xenofobia. El que se elija Nínive, la capital del imperio Asirio, es un dato muy curioso ya que es el símbolo del imperio que destruyó Israel, el reino del norte, con Senaquerib. Por lo mismo, cuando se escribe este libro no existía ya el imperio asirio; el autor, pues, hace una ficción con objeto de exponer ideas teológicas: el profeta se dirige a los opresores de todos los tiempos para llamarlos a la conversión.

I.2. No se trata todavía de una conciencia misionera de universalismo, sino que se empeña en poner de manifiesto que Dios está abierto a todos, incluso a los opresores. Esta es una afirmación dura, pero nos muestra que para Dios nada hay imposible. Desde luego, el mensaje también es para el pueblo de Israel o para todos los que, desde la seguridad de su religión, piensan que Dios debe castigar como castigamos nosotros. Israel también debe convertirse a un Dios que es capaz de perdonar a los enemigos de su pueblo. Este es el mensaje del texto de hoy: la conversión como un cambio de mentalidad radical.

IIª Lectura: 1ª Corintios (7,29-31): "Este mundo pasará"

II.1. La segunda lectura es un texto en el que se refleja la tensión escatológica del cristianismo primitivo, y de Pablo muy concretamente. Es un texto que está en el famoso c. 7, que es una respuesta de Pablo a lo que le han preguntado sobre el matrimonio y la virginidad. Se necesitarían más presiones y matices sobre la cuestión literaria de este c. 7. E incluso no sabemos quiénes son los que piensan que es bueno no casarse, ni tener relación con mujer. Se ha hablado de una corriente gnóstica llevada hasta el extremo en algún grupo de la comunidad de Corinto como desprecio del cuerpo y de lo humano. Esta es una “vexata quaestio” que no se resuelve fácilmente. Lo que Pablo propugna es que los cristianos casados deben vivir como tales y los que han elegido la “virginidad” que sean consecuentes. Cada uno debe vivir según su elección y ninguna vida es más perfecta que la otra. Porque el referente es Dios y cada uno tiene que vivir su experiencia cristiana con sentido, en armonía y en libertad.

II.2. El texto de la lectura de hoy pretende hacer ver a su comunidad que las preocupaciones de este mundo, muy frecuentemente, nos hacen olvidar otra dimensión muy importante de la vida. Porque todos, casados o no, tenemos que vivir un mundo de armonía, de espiritualidad, de esperanza. La vida cristiana tiene en su entraña una tensión escatológica que hay que sabe vivir entre el “ya” y el “todavía no”. La experimentan unos y otros porque este mundo tira de nosotros y a veces nos atrapa. Este texto, hoy podemos entenderlo muy bien, acostumbrados como estamos a vivir las tensiones de nuestra época. Ya no existe preocupación por el final del mundo, pero vivir radicalizados en las prisas, el consumismo, la productividad, anula el equilibrio humano, la necesidad de la sabiduría interior y la felicidad verdadera.

Evangelio: Marcos (1,14-20): "Convertirse es creer en el Evangelio"

III.1. El evangelio de hoy, de Marcos, tiene dos partes. La primera (vv.14-15), un sumario o síntesis, centrada en lo que es el programa de Jesús cuando vino a Galilea: el evangelio de Dios. Jesús viene a proclamar buenas noticias -eso significa evangelio-, de parte de Dios. Ello supone, pues, el anuncio de un tiempo nuevo y la llegada del Reino de Dios. El segundo elemento determina al primero: el tiempo es nuevo porque el reino de Dios ha comenzado. El tiempo es nuevo porque la soberanía de Dios sobre las miserias del hombre ha de ponerse de manifiesto. Este es el empeño fundamental de Jesús: hacer posible que ese Reino, que no es un territorio, ni un poder violento o material, llegue a los hombres. Dios se compromete profundamente, por medio de Jesús, en hacer posible ese Reino de liberación y de gracia. Pero también, por nuestra parte, se necesitan respuestas: convertíos y creed en el evangelio. Eso es lo que Jesús pedía y eso es lo que se nos pide aún. Ser cristianos, pues, debe significar que en este mundo de miserias, el evangelio, como buena noticia para los que sufren, está en acción.

III.2. Si analizamos a fondo este sumario, podremos darnos cuenta de su importancia. El redactor lo pone al principio de todo, de la predicación de Galilea, porque está convencido de que cuando Jesús comienza a predicar ha llegado el tiempo nuevo tanto tiempo esperado por el pueblo de Israel. Y el tiempo es nuevo  porque Jesús trae “buenas noticias” de parte de Dios, lo que se centra en ese concepto abarcante del “reino o reinado de Dios” (basileia tou theou). Jesús quiere decir que es Dios quien toma las riendas de esta historia  y ya no deben ser los hombres “soberanos” y “reyes” quienes han de imponer a otros sus caprichos y sus leyes. Dios entrega salvación y liberación por medio del profeta de Galilea. Hacía mucho tiempo que no se oía una voz profética en Israel, porque los “soberanos” de turno lo habían impedido. La soberanía de Dios también implicaba que se oyera una voz profética para interpretar la historia de las miserias humanas de otra forma y de otra manera.

III.3. ¿Qué se pide a cambio de este tiempo nuevo? ¡Conversión! Que no es simplemente “hacer penitencia”. Si traducimos de esa manera el verbo que está a la base del texto (metanoéô) le habremos quitado su sentido primero y principal: cambiar de rumbo, de camino, de horizonte, de mentalidad. Convertirse  no es vestirse de saco y de ceniza. En Marcos, en el evangelio, en la predicación de Jesús, significa precisamente tomar una actitud nueva, una mentalidad creadora. Y es el segundo término el que mejor lo define: (unido a la conversión por un kai –y- “explicativo”) “creer en el evangelio”- Creer es “confiar” en las buenas noticias que vienen de parte de Dios. Esa es la conversión primera y fundamental. Sin eso no hay conversión, aunque nos vistamos de saco y ceniza.



III.4. La segunda parte del texto evangélico de hoy describe la llamada a ser discípulos (vv. 16-20) y también pone de manifiesto varias cosas: el evangelio siempre ha contado con testigos que desde el principio forman una comunidad. El anuncio del evangelio provoca decisiones personales creando comunidad y fraternidad. Jesús no es un solitario que anuncia ideas extrañas, sino alguien que llega al corazón de los hombres, hasta el punto de dejar su modo de vivir por la causa del Reino. Los que le siguen sentirán con él una experiencia nueva de vida para anunciarla a los otros («os haré pescadores de hombres»). No se trata simplemente de un Rabí que tiene discípulos para que aprendan, sino que todo eso lo deben invertir en los demás. Jesús se impone en su llamada, pero dejando libertad. El «sígueme» de Jesús, de su evangelio, es una palabra creadora, no es doctrina, no son ideas, sino que provoca un estilo de vida. Esta primera llamada de los discípulos, aunque conocidos, no debe interpretarse como el relato histórico de lo que sucedió realmente, aunque en cierta forma lo es; sino que pretende ser el apoyo directo de la reacción al anuncio de las buenas noticias del evangelio predicado por Jesús en Galilea. (Fray Miguel de Burgos Núñez, O. P.).

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