“¡Ojalá todo el pueblo fuera profeta!”
Las lecturas de hoy tienen una enseñanza
muy clara. En la primera, tomada del libro de los Números, Moisés el líder de
Israel, ante el agobio que siente por la tarea de formar y conducir a su pueblo
a través del desierto, decide repartir parte de su espíritu distribuyéndolo
entre un grupo de ancianos para que le ayuden en su misión. Pero enseguida
recoge la acusación contra alguien que está profetizando en su nombre sin ser
elegido, pero Moisés lejos de enojarse, exclama: ¡Ojala todo el pueblo de
Israel fuera profeta!
El profetismo que soñara Moisés está muy
bien diseñado por el Concilio Vaticano II. Todos los cristianos tienen esta
condición de profeta ya que participan de la misión profética de Jesucristo. El
profeta no es un adivino ni un visionario del futuro, sino el que descubre la
presencia de Dios en el mundo y, con el testimonio de su vida, llama la
atención para que sus contemporáneos encuentren esa presencia de lo Absoluto
que sigue hablándonos en los ambientes más insospechados.
El evangelio, parece dar un paso más en
esta misma línea. Jesús, también escucha a sus discípulos escandalizados por la
conducta de alguien, “que no es de los nuestros”, pero que está expulsando
demonios y les dice: No se lo impidáis. Quien no está contra nosotros está con
nosotros.
La enseñanza de Jesús es muy clara, si
le seguimos debemos estar abiertos a todo lo bueno y positivo que está presente
en el mundo, porque siempre es un signo profético, siempre será una
manifestación del amor de Dios venga de donde venga.
DIOS NOS HABLA. ESCUCHAMOS SU PALABRA.
I
LECTURA
Josué
esperaba ser un privilegiado, y tener para sí el don del Espíritu. Y se queja
al notar que ese don lo tienen también otros. Moisés, desde su sabiduría lo
reprende. Y cuánta razón: ¡Ojalá todos tuvieran el don del Espíritu! ¡Ojalá no
haya quienes se sientan superiores a otros! ¡Ojalá todos pudieran conversar con
Dios!
Lectura
del libro de los Números 11, 16-17a. 24-29
El Señor dijo a Moisés: “Reúneme a
setenta de los ancianos de Israel -deberás estar seguro de que son realmente
ancianos y escribas del pueblo- llévalos a la Carpa del Encuentro, y que
permanezcan allí junto contigo. Yo bajaré hasta allí, te hablaré, y tomaré algo
del espíritu que tú posees, para comunicárselo a ellos”. Moisés salió a
comunicar al pueblo las palabras del Señor. Luego reunió a setenta hombres
entre los ancianos del pueblo, y los hizo poner de pie alrededor de la Carpa.
Entonces el Señor descendió en la nube y le habló a Moisés. Después tomó algo
del espíritu que estaba sobre él y lo infundió a los setenta ancianos. Y apenas
el espíritu se posó sobre ellos, comenzaron a hablar en éxtasis; pero después
no volvieron a hacerlo. Dos hombres -uno llamado Eldad y el otro Medad- se
habían quedado en el campamento; y como figuraban entre los inscritos, el
espíritu se posó sobre ellos, a pesar de que no habían ido a la Carpa. Y
también ellos se pusieron a hablar en éxtasis. Un muchacho vino corriendo y
comunicó la noticia a Moisés, con estas palabras: “Eldad y Medad están
profetizando en el campamento”. Josué, hijo de Nun, que desde su juventud era
ayudante de Moisés, intervino diciendo: “Moisés, señor mío, no se lo permitas”.
Pero Moisés le respondió: “¿Acaso estás celoso a causa de mí? ¡Ojalá todos
fueran profetas en el pueblo del Señor, porque él les infunde su espíritu!”.
Palabra de Dios.
Salmo
18, 8. 10. 12-14
R.
Los preceptos del Señor alegran el corazón.
La ley del Señor es perfecta, reconforta
el alma; el testimonio del Señor es verdadero, da sabiduría al simple. R.
La palabra del Señor es pura, permanece
para siempre; los juicios del Señor son la verdad, enteramente justos. R.
También a mí me instruyen: observarlos
es muy provechoso. Pero, ¿quién advierte sus propios errores? Purifícame de las
faltas ocultas. R.
Presérvame, además, del orgullo, para
que no me domine: entonces seré irreprochable y me veré libre de ese gran
pecado. R.
II
LECTURA
Santiago
no teme denunciar a quienes atentan contra la dignidad del pobre. Sabe levantar
la voz, aun corriendo el riesgo de que estos poderosos atenten de algún modo
contra él.
Lectura
de la carta de Santiago 5, 1-6
Ustedes, los ricos, lloren y giman por
las desgracias que les van a sobrevenir. Porque sus riquezas se han echado a
perder y sus vestidos están roídos por la polilla. Su oro y su plata se han
herrumbrado, y esa herrumbre dará testimonio contra ustedes y devorará sus
cuerpos como un fuego. ¡Ustedes han amontonado riquezas, ahora que es el tiempo
final! Sepan que el salario que han robado a los que trabajaron en sus campos
está clamando, y el clamor de los cosechadores ha llegado a los oídos del Señor
del universo. Ustedes llevaron en este mundo una vida de lujo y de placer, y se
han cebado a sí mismos para el día de la matanza. Han condenado y han matado al
Justo, sin que él les opusiera resistencia.
Palabra de Dios.
ALELUYA Cf. Jn 17, 17ba
Aleluya. Tu palabra, Señor, es verdad;
conságranos en la verdad. Aleluya.
EVANGELIO
Jesús
interviene en contra del sectarismo, del absolutismo y de toda forma de
fanatismo religioso. Todo el que libre a un hermano de algún mal está con
Jesús, cumpliendo el plan de Dios.
Ì Evangelio de nuestro Señor Jesucristo según san
Marcos 9, 38-43. 45. 47-48
Juan dijo a Jesús: “Maestro, hemos visto
a uno que expulsaba demonios en tu Nombre, y tratamos de impedírselo porque no
es de los nuestros”. Pero Jesús les dijo: “No se lo impidan, porque nadie puede
hacer un milagro en mi Nombre y luego hablar mal de mí. Y el que no está contra
nosotros, está con nosotros. Les aseguro que no quedará sin recompensa el que
les dé de beber un vaso de agua por el hecho de que ustedes pertenecen a
Cristo. Si alguien llegara a escandalizar a uno de estos pequeños que tienen
fe, sería preferible para él que le ataran al cuello una piedra de moler y lo
arrojaran al mar. Si tu mano es para ti ocasión de pecado, córtala, porque más
te vale entrar en la Vida manco, que ir con tus dos manos al infierno, al fuego
inextinguible. Y si tu pie es para ti ocasión de pecado, córtalo, porque más te
vale entrar lisiado en la Vida, que ser arrojado con tus dos pies al infierno.
Y si tu ojo es para ti ocasión de pecado, arráncalo, porque más te vale entrar
con un solo ojo en el Reino de Dios, que ser arrojado con tus dos ojos al
infierno, donde el gusano no muere y el fuego no se apaga”.
Palabra del Señor.
MEDITAMOS LA PALABRA DE DIOS.
Misión
profética del cristiano en el mundo
El Concilio Vaticano II, presenta a la
Iglesia como Pueblo de Dios y Sacramento de Reconciliación para todos los
hombres, poniendo de relieve esta condición profética de todos los cristianos
por el hecho de serlo. Habla después de los carisma o cualidades como dones del
Espíritu para la construcción de la Iglesia, recogiendo la doctrina se S. Pablo
sobre el cuerpo místico de Cristo. En este sentido la Iglesia es mediadora de
la salvación no solo a través de sus ministros, ya que actúa por todos sus miembros
debidamente estructurados. Por eso, cada cual en el lugar que le corresponde
sigue siendo alguien necesario en la construcción del Reino de Dios.
La misión profética del cristiano en
medio del mundo es ayudar a descubrir donde está Dios, las huellas de Dios,
poniendo de relieve cuál es su proyecto para con los hombres y por donde van
hoy sus designios de salvación ya que el Espíritu está siempre presentes en la
sociedad y en la cultura en que vivimos.
Por eso es muy interesante subrayar la
necesidad de hacer visible el mensaje de Jesús siempre actual en sus valores, a
veces ocultos en una religiosidad más pendiente de lo normativo o lo ritual que
no transparenta los valores más vivos que predicó Jesús fundamentados siempre
en la justicia y el amor.
¿Qué
es hacer milagros o echar demonios?
Jesús nos descubre en su vida pública un
modo nuevo de ser profeta fundado en el poder de todos los hombres y mujeres
para cambiar el mundo venciendo el mal con la fuerza del bien. Es una forma l
de hacer milagros o echar demonios, porque todos tenemos la posibilidad de
sacar lo mejor de nosotros mismos, trabajando por un mundo más justo y humano.
En este sentido todos somos agentes de esa trasformación, aunque no estemos
“catalogados” en grupo determinado de acción pastoral.
Y es que ningún grupo humano por muy
elevado que sea tiene la exclusiva y menos el monopolio de hacer el bien Es la
gran enseñanza que nos da Jesús, “no es de los nuestros”, pero no se lo
impidáis. El bien siempre es obra de Dios, todos los esfuerzos para luchar por
la liberación y la dignidad humana donde quiera que sea nos hablan del amor de
Dios a los hombres y de su acción liberadora frente a las víctimas del odio, la
explotación, el desprecio, la discriminación injusta y la falta de amor.
Dios siempre actúa en la historia de
forma insospechada para nosotros. La duda surge, para algunos, cuando no es la
Iglesia oficial la que actúa o habla, porque nos parece que nos falta una
seguridad que nos viene de la Institución que nos protege. Pero el creyente
adulto debe huir de dos extremos, muy frecuentes en la sociedad actual. Por una
parte el caer en un relativismo ante el magisterio de la Iglesia sin tenerlo en
cuenta, viéndolo como algo que coarta la libertad humana, pero también está la
postura contraria, cómoda, conformista y falta de crítica, que impide tomar
posturas adultas y personalizadas en la fundamentación de la propia fe.
El
bien que podemos hacer, signo de la presencia del Reino de Dios entre nosotros
El evangelio de hoy tiene una segunda
parte en la que Jesús señala con tonos muy gráficos y a la vez duros, la
postura que sus discípulos deben tener ante el bien o el mal que siempre puede
estar presente en la propia conducta:
Primero, nos dice que cualquier acto,
cualquier gesto, por muy pequeño que sea, como el dar un vaso de agua a quien
tiene sed no quedará sin recompensa, porque siempre será un signo del
Seguimiento de Cristo y una mediación en la implantación del Reino. Pensemos en
tantas obras asistenciales de la Iglesia, para muchos el único signo visible de
la presencia de Dios en la Iglesia institucional. Un vaso de agua es muy poca
cosa, quizás por esto señala algo al pareces sin importancia pero no carente de
valor. De ahí que el ejemplo tan demostrativo elegido por Jesús, porque nuestro
Padre Dios se ocupa de las necesidades aparentemente pequeñas de sus hijos.
Advertencia
sobre la posibilidad del escándalo
A continuación Jesús, como contraste,
habla del mal, nos advierte de la fuerza del mal siempre posible en nosotros.
El lenguaje metafórico es duro, nos habla de ser intransigentes cuando alguien
es causa de escándalo para los que el evangelio llama, “pequeños” es decir, los
frágiles, los sencillos, aquellas personas que por su falta de formación pueden
ser dañadas en su fe.
Este texto se ha aplicado con frecuencia
para señalar el cuidado que debemos tener con los niños, los menores de edad,
hoy por desgracia es un tema de actualidad por los casos de pederastia. Pero no
debemos restringir su intencionalidad. Jesús nos viene a decir que todos somos
responsables de la fe de los otros y debemos cuidar de ella. Lo interesante es
señalar que al recalcar todo esto, con un tono tan fuerte, quiere subrayar la
gravedad de estas actitudes a veces frívolas o despreocupadas que se dan entre
nosotros con frecuencia, porque todos somos responsables de la fe de nuestros
hermanos.
El
peligro de las riquezas
En este mismo tono, y como una
aplicación de lo anterior nos habla Santiago en la segunda lectura. Es una
reflexión sobre al papel que el dinero puede adquirir en la vida de los
seguidores de Jesús. El Apóstol nos presenta el dinero como un peligro por su
mal uso, puede ser incluso un ídolo, que al centrarnos en él, nos aparta de
Dios. No es un mal en sí mismo, pero la acumulación del dinero, a veces
injustamente ganado, repercute a su vez en el empobrecimiento de los demás. Y
en definitiva nos aparta del proyecto de Jesús para con nosotros. Aquí tampoco
caben componendas o medias tintas.
Sigue siendo hoy un tema de actualidad.
Se habla mucho del enriquecimiento de unos pocos, rápido y a cualquier precio,
es la cultura del pelotazo, a la vez también se ofrecen estadísticas para
concienciarnos sobre el hambre y el subdesarrollo que sufre gran parte de la
humanidad como consecuencia de esa acumulación de riquezas por unos pocos. Pero
el acostumbramiento al bienestar es esta sociedad nuestra, hace que a la larga
todo siga igual.
El peligro está en que fácilmente nos
centramos en nuestro propio Yo, en nuestro afán de poseer, de comodidad, de
bienestar y, en consecuencia, nos alejamos de los demás. Ignoramos o no
queremos ver las situaciones penosas que viven una gran parte de la humanidad
al carecer de lo más elemental. Como defensa, siempre tendremos miles de
argumentos para justificar nuestra demasía en el consumo y en afán de bienestar
egoísta.
Como se ve, también en esta carta de
Santiago, de tonos enérgicos y muy expresivos, encontramos motivos para la
radicalidad y la intolerancia ante el mal. Es una exigencia para seguir el
proyecto que nos ofrece Jesús en su seguimiento para la implantación del Reino.
ESTUDIO BÍBLICO.
Una religión de apertura a todos los
hombres
I
Lectura: Números (11,25-29): El Espíritu "en el pueblo"
I.1. La primera lectura, del libro de
los Números (11,25-29) nos cuenta un episodio extraño, propio de las religiones
ancestrales, en el que un grupo de ancianos, recibiendo el espíritu de Moisés, se
ponen a profetizar. Era como una ayuda que Moisés tuvo para atender a los
problemas de impartir justicia y orientar al pueblo en el desierto. Pero quizás
lo más importante de esta lectura sea poner de manifiesto que el Espíritu, como
don de Dios, no se puede reducir a unas formas exclusivamente institucionales.
Esos dos personajes llamados Eldad y Medad representan a aquellos que han
recibido un don carismático fuera de los ámbitos institucionales.
I.2. En realidad, no son los
protagonistas de esta lectura los ancianos, ni Moisés, ni estos dos personajes
mencionados, sino que es el Espíritu que impulsa a los hombres. Por ello es muy
digna de consideración la actitud de Moisés quien, ante el escándalo de su
asistente Josué, afirma que es todo el pueblo el está llamado a profetizar. Y
profetizar, en primer lugar, significa abrirse al don del Espíritu, y después
ponerse al servicio de todos para trasmitir la voluntad salvadora de Dios.
II
Lectura: Santiago (5,1-6): Contra los ricos
II.1. La carta de Santiago nos ofrece
uno de sus textos más famosos y más duro sobre los ricos y las riquezas. Hay
toda una filosofía y una dialéctica sobre si lo peor es ser ricos o es la misma
riqueza. En realidad la riqueza ¿qué es? ¿es en sí mala? Se ha dicho que la
riqueza no existe si alguien no la practica. El texto de Santiago habla a los
ricos, y la riqueza es su condena. El problema, pues, es acumular injustamente
bienes, robando, matando o impidiendo que otros tengan los necesario. Ese es el
ejemplo de la riqueza con el que se opera en la carta de hoy.
II.2. Existen cosas bellas acumuladas,
que no son de nadie, o son patrimonio de un pueblo o de la humanidad, o de
museos, y sabemos que esa riqueza no afecta a la injusticia del mundo. La
riqueza de la que aquí se habla es aquella que se posee por la injusticia y la
sin razón. Por ello, pues, son los ricos los que caen bajo las palabras
directas de esta invectiva moralizante del autor de la carta de Santiago. Por lo tanto, ser ricos en esas
condiciones en las que se pone de manifiesto la injusticia, la acumulación de
lo que no es necesario, mientras otros pasan hambre o no tienen trabajo, es
verdaderamente antievangélico.
Evangelio:
Marcos (Mc 9,38-43.45.47-48): El evangelio contra el puritanismo
III.1. El evangelio de hoy nos cuenta
una pequeña historia, parecida a la que hemos encontrado en la vida de Moisés
sobre el espíritu que se da libremente a dos personajes que no pertenecían al
grupo de los ancianos. En este caso, Juan, ha encontrado a alguien que hace milagros
o exorcismos y quiere impedírselo como si eso fuera exclusivo de Jesús, el
profeta de Nazaret. Pero Jesús, en una respuesta que se asemeja a la de Moisés
exige que no se le impida, porque todo el que hace el bien (ese es el sentido
que puede tener el hacer milagros en nuestro texto) no puede estar contra Jesús
que vino a hacer el bien a los hombres. Es verdad que existe otra sentencia de
Jesús, de la fuente Q, que no estaría en esta línea (cf Mt 12,30; Lc 11,23):
“quien no está conmigo, está contra mí” y que expresaría la radicalidad de
algunos profetas itinerantes que defendieron un exclusivismo como el de Juan.
III.2. Es verdad que el conjunto de
dichos que se concentran en Mc 9,42-50 se presta a muchas lecturas. Están
expresados con los giros semíticos propios del lenguaje de contraste. Nadie
debe tirarse al mar atado a una piedra; como nadie puede odiar a los suyos por
amar a Jesús y su evangelio. El escándalo del que nos habla el evangelio de hoy
no está relacionado con un puritanismo moralizante que lleva a excesos
inhumanos. Es un escándalo de los “pequeños”, los que pueden ser “exorcistas
extraños”, pero que no son contrarios al evangelio, a la bondad, a la sabiduría
divina. Con sus obras, con sus actitudes y sus luchas deben ser considerados en
toda su dignidad, aunque no sean de los nuestros. Se quiere poner de
manifiesto, por parte de Jesús, que en ellos también hay algo del reino que él
ha venido a traer.
III.3. Esta enseñanza del evangelio de
hoy pone de manifiesto que la praxis cristiana no puede defenderse como
exclusivismo y como independencia absoluta. Todos los hombres son capaces del
bien, porque todos los hombres han recibido los dones de Dios. Por lo mismo,
allí donde se trabaja por los demás, donde se abren las puertas a los hambrientos
y los sedientos, aunque no conozcan al Dios de Jesús, allí los cristianos
pueden participar sin exigir garantías jurídicas que justifiquen sus
compromisos. La comunidad cristiana, la Iglesia, no debe presentarse como el
“gheto” de los salvados o redimidos con criterios de puritanismo y legalismo,
porque esta promesa es para todos los hombres. (Fray Miguel de Burgos Núñez, O.
P.).