“Está cerca el Reino de Dios”
Llevando tras de sí desde el domingo
pasado algunos colaboradores para su proyecto, Jesús anuncia el programa de su
vida y la de sus seguidores: la construcción de un mundo más justo y humano. Es
la materialización del Proyecto de Dios, del Reino de Señor en nuestro mundo.
Es el comienzo de la predicación de Jesús y la forma de relación con el Dios
amor encarnado en Cristo.
DIOS
NOS HABLA COMPARTIMOS LA PALABRA
I
LECTURA
Jonás,
obediente a Dios, predica en un lugar pagano que nada tiene que ver con la
tradición de Israel, y cuyos habitantes no conocían la Ley de Yavé. Sin
embargo, reconocen que Dios es el Dios de todo el mundo, de todos los hombres.
Y Jonás logra que Dios se manifieste con su perdón.
Lectura
de la profecía de Jonás 3, 1-5. 10
La palabra del Señor fue dirigida por
segunda vez a Jonás, en estos términos: “Parte ahora mismo para Nínive, la gran
ciudad, y anúnciale el mensaje que yo te indicaré”. Jonás partió para Nínive,
conforme a la palabra del Señor. Nínive era una ciudad enormemente grande: se
necesitaban tres días para recorrerla. Jonás comenzó a internarse en la ciudad
y caminó durante todo un día, proclamando: “Dentro de cuarenta días, Nínive
será destruida”. Los ninivitas creyeron en Dios, decretaron un ayuno y se
vistieron con ropa de penitencia, desde el más grande hasta el más pequeño. Al
ver todo lo que los ninivitas hacían para convertirse de su mala conducta, Dios
se arrepintió de las amenazas que les había hecho y no las cumplió.
Palabra de Dios.
Salmo 24, 4-5b. 6. 7b-9
R.
Muéstrame, Señor, tus caminos.
Muéstrame, Señor, tus caminos, enséñame
tus senderos. Guíame por el camino de tu fidelidad; enséñame, porque tú eres mi
Dios y mi salvador. R.
Acuérdate, Señor, de tu compasión y de
tu amor, porque son eternos. Por tu bondad, Señor, acuérdate de mí según tu
fidelidad. R.
El Señor es bondadoso y recto: por eso
muestra el camino a los extraviados; él guía a los humildes para que obren
rectamente y enseña su camino a los pobres. R.
II
LECTURA
“Todo
estado es vocación... la misma situación social es el marco de la santidad de
cada uno. En la segunda lectura, cuando Pablo, hablando a las situaciones
concretas en que viven los hombres: unos casados, otros sin compromisos
matrimoniales, unos esclavos, otros señores, les dice que ese marco concreto en
el cual viven, es donde Dios los quiere santificar, con tal que ese marco
histórico lo purifiquen de todo pecado. Toda situación en el mundo es buena
para ser santo con tal que el hombre muestre en esa situación que no está de
acuerdo con el pecado. De ahí que la lucha de los cristianos es por convertirse
ellos y convertir al mundo del pecado al Reino de Dios que ya está cerca”.
Lectura
de la primera carta del apóstol san Pablo a los cristianos de Corinto 7, 29-31
Lo que quiero decir, hermanos, es esto:
queda poco tiempo. Mientras tanto, los que tienen mujer vivan como si no la
tuvieran; los que lloran, como si no lloraran; los que se alegran, como si no
se alegraran; los que compran, como si no poseyeran nada; los que disfrutan del
mundo, como si no disfrutaran. Porque la apariencia de este mundo es pasajera.
Palabra de Dios.
ALELUYA Mc 1, 15
Aleluya. El Reino de Dios está cerca.
Conviértanse y crean en el Evangelio. Aleluya.
EVANGELIO
Hoy,
como en otros tiempos, Jesús pasa cerca de nosotros, y nos llama. Nos da una
misión, y cada uno debe descubrirla. Al hacerlo, quedamos para siempre
comprometidos con ella.
Ì Evangelio de nuestro Señor Jesucristo según san
Marcos 1, 14-20
Después, que Juan Bautista fue
arrestado, Jesús se dirigió a Galilea. Allí proclamaba la Buena Noticia de
Dios, diciendo: “El tiempo se ha cumplido: el Reino de Dios está cerca.
Conviértanse y crean en la Buena Noticia”. Mientras iba por la orilla del mar
de Galilea, vio a Simón y a su hermano Andrés, que echaban las redes en el
agua, porque eran pescadores. Jesús les dijo: “Síganme, y yo los haré
pescadores de hombres”. Inmediatamente, ellos dejaron sus redes y lo siguieron.
Y avanzando un poco, vio a Santiago, hijo de Zebedeo, y a su hermano Juan, que
estaban también en su barca arreglando las redes. En seguida los llamó, y
ellos, dejando en la barca a su padre Zebedeo con los jornaleros, lo siguieron.
Palabra del Señor.
MEDITAMOS
LA PALABRA DE DIOS
“Está cerca el Reino de Dios”
La afirmación de Jesús “está cerca el
Reino de Dios”, conlleva proximidad temporal y buena noticia y ambas,
íntimamente unidas. Cristo mismo es a la vez realidad de Dios en el mundo y
Evangelio de Dios. Es el proyecto de Dios para el ser humano que cuenta
necesariamente con nuestra la colaboración.
Entender el Reino de Dios como un lugar
o un espacio, y aún no realizado plenamente, es no entender correctamente qué
es el Reino de Dios. ¿Cómo podemos decir que está cerca, después de dos mil y
pico años? El buen entendimiento del Reino de Dios conlleva cambio de valores y
la adquisición de determinadas actitudes. Es un modo de ver, valorar, pensar, y
juzgar distinto el mundo. Tanto más cerca está el Reino de Dios cuanto más
presentes estén esos valores en el seguidor de Cristo. Se ha cumplido el plazo y
una nueva época ha amanecido: la presencia amistosa y buena de Dios en el mundo
por medio de su Hijo, Palabra encarnada.
La presencia amistosa de Dios, hermosea
el mundo, bien eliminando lo que no funda comunidad, iglesia, sociedad, bien
potenciándolas. No todas las cosas de este mundo son contrarias al proyecto de
Dios. Discernir sobre ellas es verlas con la mirada de Dios expresada en el
Génesis “y vio Dios que todo era bueno” (Gn. 1,12).
Es vivir constantemente en clave
escatológica (aires de resurrección) como enseña la segunda lectura: vivir como
si no se poseyera nada. Apartan de este Reino de Dios: la mentira, la estafa,
los falsos testimonios, la corrupción, etc. Lo contrario produce cambio en el
corazón, un corazón nuevo, actitudes nuevas y estructuras sociales mejores.
Convertíos
La realización del Reino de Dios
necesita conversión total de la personas, no como un acto puntual y atemporal,
sino como repetición de actos que engendran un buen hábito (virtud), una
actitud continuada en la búsqueda de ese Dios cercano. En el evangelio aparece
como imperativo, y de los primeros que pronuncia Cristo: convertíos (no hay que
olvidar que está dando comienzo a la vida pública del Señor).
Si Jonás con su obediencia a Dios y su
predicación movió el corazón de los ninivitas, la Palabra de Dios encarnada ha
de tener mayor fuerza y capacidad de conversión. El cristiano se sabe elegido
por Dios, no para encerrarse en sí mismo, sino para compartir los privilegios
propios de hijo de Dios y heredero de su gloria.
Si por medio de Jonás Dios aleccionó a
su pueblo en el universalismo, la tolerancia, la apertura amorosa de los brazos
divinos que acogen a todos en la casa del Padre, con Cristo la lección es ya
Divina. La conversión impulsa a la misma actitud que Jonás “levántate” y a
ponerse en camino.
Porque la representación de éste mundo
se termina
Ante el reinado de Dios, instaurado por
la actuación de Jesús - predicación, milagros, controversias, y de manera
especialmente muerte y Resurrección-, las realidades humanas adquieren nuevo
sentido: comprar-vender, llorar-reír, casarse o permanecer célibe, todo es
diferente y con distinto valor.
Dicho con palabras de san Pablo:
"la presentación de este mundo se termina", porque Dios hace nuevas
todas las cosas en la realización cuasi-utopía de su Reino, donde pobres y
tristes, enfermos y condenados, excluidos y ofendidos de la tierra son
rescatados y acogidos; donde ricos y poderosos son llamados urgentemente a la
conversión. La realidad ha cambiado y lo atrayente del mensaje implica, en el
seguidor cristiano, no quedarse de brazos cruzados. Escuchar su llamada,
seguirlo dejando todo y cambiando los útiles de trabajo como hicieron Simón,
Andrés, Santiago y Juan, son síntomas positivos de que la conversión personal y
la construcción de ese Reino van por buen camino.
Escribe el Papa Francisco en la
Evangelii Gaudium: “Toda la creación quiere decir también todos los aspectos de
la vida humana, de manera que la “misión del anuncio de la Buena Nueva de
Jesucristo tiene un destinación universal. Su mandato de caridad abraza todas
las dimensiones de la existencia… Nada de lo humano le puede resultar extraño.
La verdadera esperanza cristiana, que busca el Reino escatológico, siempre
genera historia” (cfr. nº, 181).
El cristiano tiene la misión de, por su
conversión a Cristo y seguimiento, misionar en el mundo construyendo el Reino
de Dios.
ESTUDIO
BÍBLICO
Primera
Lectura: (Jonás 3,1-5.10)
Marco: El relato no
pretende presentar un personaje históri co. El género de esta obra es muy
parecido al parabólico en los evangelios. Se trata de una dramatización en la
que se pretendí contraponer dos modos diferentes de interpretar la vida, el
comportamiento y la historia de los hombres: se quiere subrayar la acción de un
Dios misericordioso y clemente que está dispuesto a perdón y a la indulgencia
de cuantos se acercan a él; el protagonista de la obra representaría ciertos
ambientes religiosos de corazón poco generoso. El vencedor final es el Dios
misericordioso que abre el tesoro de su perdón a los ninivitas que se reconocen
necesitarlo. La lectura recoge el momento del anuncio a los ninivitas.
Reflexiones
1) ¡Vete a proclamar a los ninivitas el
pregón que yo te diré!
Levántate y vete a Nínive... El
protagonista de esta historia se pone en manos de quien le envía y emprende el
camino hacia la misión que se le encomienda. Nínive es tierra de paganos, pero
no importa, el mandato del Señor prevalece. Encontrarnos un primer atisbo del
universalismo de la salvación que más tarde se hará realidad y se abrirá camino
entre los paganos para facilitarles el acceso a la fe y a la salvación.
Evangelizar consiste en ser embajador de otro, mandado por otro, transmisor de
lo que al otro le place; evangelizar consiste en poner frente a frente el
proyecto de Dios y las necesidades reales de los hombres. Y eso sólo lo sabe
Dios mismo. Jonás se pone en marcha y realiza el proyecto de Dios. Cierto que
en el trascurso de esta dramatización las reacciones de Jonás son un contraste
con la misión y finalidad que Dios quería.
Segunda
Lectura: (1 Corintios 7,29-31)
Marco: El contexto
son las respuestas de Pablo a los corintios para tratar de resolver los
problemas concretos que abarcan los capítulos 7 al 10. En esta sección se hace
eco Pablo de dos problemas que tenía planteados la comunidad de Corinto, a
saber: cuál ha de ser la actitud del cristiano ante la alternativa virginidad o
matrimonio; y cómo debe comportarse un cristiano cuando es invitado a un
banquete pagano en el que se sirvan carnes sacrificadas a los falsos dioses. La
lectura de hoy trata del primer tema.
Reflexiones
1) ¡Las paradojas del ser cristiano en
medio de la historia!
Los que lloran como si no lloraran...
¡Atención a las paradojas utilizadas! La paradoja, forma de expresión que Jesús
utilizaba muy gustosamente, es un recurso literario utilizado para llamar la
atención del oyente o del lector. El apóstol, que recurre gustoso también a la
paradoja, no pretende minimizar las realidades humanas vividas en la historia.
Lo que intenta es invitar al lector a dirigir la mirada a otra parte superior y
que ofrece al hombre su plena realización. Desde esta perspectiva nueva
desciende a lo cotidiano y lo valora. Quien se deja atraer y fascinar por ese
final esplendoroso comienza a entender el valor de lo tangible, que es un valor
ciertamente. Lo plenamente humano es este destino y la peregrinación por la
historia es un anticipo del destino y una tarea a realizar para prepararlo. El
creyente, dice Pablo, debe interpretar y comprender su vida sobre la tierra
poniendo su corazón y su esperanza en la meta final. Si viviera hoy utilizaría
la imagen de una carrera ciclista: todos los ciclistas, al comenzar la carrera,
ponen su mirada en la meta final donde esperan ser coronados. Pero saben que
deben cubrir un número determinado de etapas; no pocas dificultades y
sufrimientos; una mezcla de fracaso y éxito durante el camino. Pero la meta
final empuja todo el proceso y evita que las dificultades ahoguen el anhelo de
la corona final. Este equilibrio es el que Pablo quiere enseñar a sus fieles de
Corinto y a los creyentes de hoy.
Evangelio:
(Marcos 1,14-20)
Marco: El contexto es
el comienzo del ministerio de Jesús. Marcos hace coincidir; en estos primeros
compases, el programa completo de la predicación de Jesús presentado en
lapidarios y breves epígrafes: Dios cumple su proyecto a favor de la humanidad;
que Dios comienza a manifestarse y actuar como único soberano de la historia de
los hombres; que su predicación y su presencia en el mundo debe conducir a un
cambio de rumbo de las vidas humanas, a una rectificación profunda, a un
dirigir la mirada en otra dirección totalmente nueva marcada por Jesús; que
abrirse al Evangelio es la última oferta y posibilidad que Dios hace a la
humanidad y que es la mejor decisión que el hombre puede tomar en su vida.
Reflexiones
1) ¡El proclamador itinerante del
Evangelio de Dios!
Cuando arrestaron a Juan, Jesús se
marchó a Galilea a proclamar el Evangelio de Dios. Se ha cumplido la tarea de
Juan como preparador de la venida del Mesías. Tanto el contenido como el
talante de Jesús al entregarse a una evangelización itinerante nos invitan a
una importante reflexión. El tema central de la predicación de Jesús es el
anuncio gozoso del reino de Dios o de la ya inminente soberanía de Dios que se
hace presente en Jesús mismo al proclamarla con su palabra y sus signos (por
esta razón se llaman signos basileicos). El mismo hecho de la evangelización es
un signo de que hemos llegado al final de los tiempos o al momento de la
actuación definitiva de Dios en la historia. Marcos recuerda los cuatro ternas
en que se puede resumir toda la predicación y actuación de Jesús. El término de
Buena Noticia arranca, sobre todo, del segundo Isaías que anunciaba la próxima
e inminente liberación del pueblo de Dios saliendo de la esclavitud o exilio de
Babilonia. Desde entonces las fórmulas Buena Noticia o anunciar la Buena
Noticia se convirtieron en términos cargados de sentido salvador, de promesa y
cumplimiento. Por eso Jesús era muy parco en la utilización del término
Evangelio.
En realidad quien sintetizó toda la
acción de Jesús en este término fue el apóstol Pablo que lo utiliza
abundantemente en sus cartas. Frecuentemente lo hace con algún genitivo que lo
precisa: Evangelio de la gracia, de la paz, de la salvación. Y en un momento de
su evolución, Pablo lo utiliza sin genitivo: el Evangelio. Pues bien, el
redactor marcano supo sintetizar la obra, la persona y la predicación de Jesús
en esa expresión. Todo es una Buena Noticia por antonomasia. Hoy como ayer
necesitamos volver al sentido primigenio de esta expresión que no es una
palabra sino un trascendental contenido que necesitan escuchar, participar y
entrar en él los hombres de nuestro tiempo. Acaso más que nunca es necesario
volver al Evangelio, volver al talante de Jesús al anunciarlo y descubrir que
estamos de camino, que somos peregrinos que se dirigen hacia una gran
esperanza: la experiencia temporal y definitiva de la Soberanía de Dios que
derrocha bondad y amor misericordioso sobre los hombres. El encuentro con el
Evangelio sería para los hombres y mujeres de nuestro tiempo la clave de una
verdadera humanización con perspectivas de trascendencia mientras se
comprometen en la temporalidad.
2) ¡El núcleo de la proclamación de
Jesús!
Jesús decía: se ha cumplido al plazo,
está cerca el reino de Dios; convertíos y prestad vuestra adhesión a la Buena
Noticia. En síntesis apretada, la predicación itinerante de Jesús se concentró
en cuatro elementos fundamentales: el primero, el cumplimiento del tiempo
establecido por el Padre. Segundo, en la persona y actuación de Jesús comienza
a despuntar ya la soberanía de Dios. Podemos leer un texto en el relato
evangélico de Mateo y de Lucas que nos describe admirablemente el contenido del
reino: Id a contar a Juan lo que estáis viendo y oyendo: los ciegos ven, los
cojos andan, los leprosos quedan limpios, los sordos oyen, los muertos
resucitan y a los pobres se les anuncia la Buena Noticia. ¡Y dichoso el que no
encuentre en mí motivo de tropiezo! (Mt 11,2-6). Esta lista recoge varios
textos de Isaías en los que anuncia el futuro reino de Dios. Con el anuncio del
reino comienza a alborear una nueva etapa, comienza a alborear en el mundo el
día de la salvación. El reino o la proclamación de la soberanía de Dios centró
y ocupó toda la vida de Jesús. Es un tema que encontramos en los cuatro
narradores evangélicos (aunque en Juan muy poco porque centro esta actuación en
la vida eterna y la propia persona de Jesús). La característica propia de Jesús
es que el reino de Dios está ya presente, comienza ya a alborear y pronto será
plenamente presente en su muerte y resurrección con la acción del Espíritu
Santo. Tercero, es necesario cambiar radicalmente para entrar en el reino. La
conversión, la rectificación, el cambio de actitud en labios de Jesús tiene una
finalidad: entrar en el reino, participar en él, enrolarse en la nueva creación
que él viene a aportar. Entre la espera (marcadamente política y nacional) del
Mesías por el pueblo de Dios y la oferta de Jesús hay un contraste importante.
Por eso es necesario cambiar de mentalidad para entrar en el reino. Y por eso
la insistencia en ese cambio fundamental íntimo y estructural es un elemento
básico del anuncio de Jesús. Cuarto, es necesario también abrirse al Evangelio,
del que hemos hablado más arriba. Y éste es realmente el tiempo salvífico
establecido por el Padre.
Esta síntesis recoge la propia
comprensión que Marcos tenía del ministerio de Jesús. Para ello se vale del
lenguaje y conceptos paulinos que sintetiza lo más nuclear de la fe cristiana.
Para que ese anuncio del reino sea creíble a los hombres y mujeres de nuestro
tiempo debe ser presentado en sus dos perspectivas complementarias
necesariamente: el compromiso en la temporalidad o en la etapa histórica del
reino y una esperanza abierta sin temor hacia el futuro (porque el reino es a
la vez histórico y trascendente; temporal y eterno; íntimos y manifestado; pero
siempre de la mano de la paz). El compromiso temporal de los creyentes es una
contribución al establecimiento del reino en primicia. Este compromiso apunta
sin ambigüedades a lo que es realmente el reino: un estado definítivo en el que
la concordia, la igualdad, la comunión con Dios y la felicidad sin fin serán
una realidad inmarcesible. Pues es necesaria dar signos convincentes y atrayentes
del realismo de la esperanza cristiana comenzando en el tiempo y en la
historia. (Fr. Gerardo Sánchez Mielgo OP).
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