domingo, 5 de octubre de 2014

DOMINGO 27° DEL TIEMPO ORDINARIO


“Es el Señor quien lo ha hecho…”

Solicitud paciente y amorosa del amo de la viña, rechazo y desprecio de los viñadores, transferencia de responsabilidades a otros labradores. Sobre este trípode se construye la parábola. El evangelista Mateo coloca esta parábola en medio de otras dos: el hijo que dijo sí y no fue a la viña y los convidados a la boda que rechazan la invitación. En las tres se dan actitudes coincidentes:

1) la solicitud del dueño de la viña que envía al hijo, el cuidado de la viña a unos trabajadores, la generosidad del rey que convida a la boda de su hijo;

2) el rechazo de la misión en el hijo que no fue, en los viñadores que maltratan a los enviados, en los convidados a la boda que desprecian la invitación;

3) la transferencia de responsabilidades: al hijo que fue, a otros viñadores, a otros convidados.

Estos protagonistas se oponen al proyecto del amo de la viña. No aceptan sus planes ni su proyecto de vida para todos. Dios es ese amo de la viña la cual podemos identificar con el mundo, la humanidad, la Iglesia, cada hombre concreto. Por todos ellos y para todos ellos se muestra la solicitud amorosa de Dios, en medio de una cultura donde el “mesianismo secularista” acampa por sus fueros. El hijo rechaza el mandato del padre: “ve a mi viña, y no fue”; los viñadores dan la espalda al amo maltratando y matando a los enviados; los convidados no quieren saber nada con la boda preparada. Nuestra cultura actual ha despejado de sus inquietudes y caminos la presencia de Dios. “Dios ha muerto”, abriendo así el camino al desprecio a la dignidad de toda persona.

DIOS NOS HABLA. CONTEMPLAMOS SU PALABRA.

I LECTURA    

 “Las viñas solían ser el sustento de una familia, trabajada y conservada por generaciones. (...) Debido a los cuidados que requiere la viña, puede ser también una imagen del pueblo al que Dios plantó con esmero y cuidó con cariño, pero no dio los frutos esperados”.

Lectura del libro de Isaías 5, 1-7

Voy a cantar en nombre de mi amigo el canto de mi amado a su viña. Mi amigo tenía una viña en una loma fértil. La cavó, la limpió de piedras y la plantó con cepas escogidas; edificó una torre en medio de ella y también excavó un lagar. Él esperaba que diera uvas, pero dio frutos agrios. Y ahora, habitantes de Jerusalén y hombres de Judá, sean ustedes los jueces entre mi viña y yo. ¿Qué más se podía hacer por mi viña que yo no lo haya hecho? Si esperaba que diera uvas, ¿por qué dio frutos agrios? Y ahora les haré conocer lo que haré con mi viña; Quitaré su valla, y será destruida, derribaré su cerco y será pisoteada. La convertiré en una ruina, y no será podada ni escardada. Crecerán los abrojos y los cardos, y mandaré a las nubes que no derramen lluvia sobre ella. Porque la viña del Señor de los ejércitos es la casa de Israel, y los hombres de Judá son su plantación predilecta. ¡Él esperó de ellos equidad, y hay efusión de sangre; esperó justicia, y hay gritos de angustia!
Palabra de Dios.
SALMO

Salmo 79, 9. 12-16. 19-20

R. La viña del Señor es su pueblo.

Tú sacaste de Egipto una vid, expulsaste a los paganos y la plantaste; extendió sus sarmientos hasta el mar y sus retoños hasta el Río. R.

¿Por qué has derribado sus cercos para que puedan saquearla todos los que pasan? Los jabalíes del bosque la devastan y se la comen los animales del campo. R.

Vuélvete, Señor de los ejércitos, observa desde el cielo y mira: ven a visitar tu vid, la cepa que plantó tu mano, el retoño que tú hiciste vigoroso. R.

Nunca nos apartaremos de ti: devuélvenos la vida e invocaremos tu Nombre. ¡Restáuranos, Señor de los ejércitos, que brille tu rostro y seremos salvados! R.

II LECTURA    

Es cierto que tenemos grandes preocupaciones, muchas incertidumbres, inseguridades y problemas. Hoy san Pablo nos invita a entregar todo esto a Dios para que alcancemos la paz, sabiendo que el Señor no abandona.

Lectura de la carta del apóstol san Pablo a los cristianos de Filipos 4, 6-9

Hermanos: No se angustien por nada, y en cualquier circunstancia, recurran a la oración y a la súplica, acompañadas de acción de gracias, para presentar sus peticiones a Dios. Entonces la paz de Dios, que supera todo lo que podemos pensar, tomará bajo su cuidado los corazones y los pensamientos de ustedes en Cristo Jesús. En fin, mis hermanos, todo lo que es verdadero y noble, todo lo que es justo y puro, todo lo que es amable y digno de honra, todo lo que haya de virtuoso y merecedor de alabanza, debe ser el objeto de sus pensamientos. Pongan en práctica lo que han aprendido y recibido, lo que han oído y visto en mí, y el Dios de la paz estará con ustedes.
Palabra de Dios.

ALELUYA        cf. Jn 15, 16

Aleluya. “Yo los elegí del mundo, para que vayan y den fruto, y ese fruto sea duradero”, dice el Señor. Aleluya.

EVANGELIO     

Jesús retoma la imagen del poema de la viña de Isaías, pero ya no para hablar de la ingratitud del pueblo, sino de la maldad de los dirigentes, que eran los encargados de que ese campo de vides diera buenos frutos. El evangelio denuncia a quienes se han apropiado de la viña, es decir, de los bienes de Dios. Nadie es dueño de lo que Dios nos ha dado a todos.

Ì Evangelio de nuestro Señor Jesucristo según san Mateo 21, 33-46

Jesús dijo a los sumos sacerdotes y a los ancianos del pueblo: “Escuchen esta parábola: Un hombre poseía una tierra y allí plantó una viña, la cercó, cavó un lagar y construyó una torre de vigilancia. Después la arrendó a unos viñadores y se fue al extranjero. Cuando llegó el tiempo de la vendimia, envió a sus servidores para percibir los frutos. Pero los viñadores se apoderaron de ellos, y a uno lo golpearon, a otro lo mataron y al tercero lo apedrearon. El propietario volvió a enviar a otros servidores, en mayor número que los primeros, pero los trataron de la misma manera. Finalmente, les envió a su propio hijo, pensando: ‘Respetarán a mi hijo’. Pero, al verlo, los viñadores se dijeron: ‘Este es el heredero: vamos a matarlo para quedarnos con su herencia’. Y apoderándose de él, lo arrojaron fuera de la viña y lo mataron. Cuando vuelva el dueño, ¿qué les parece que hará con aquellos viñadores?”. Le respondieron: “Acabará con esos miserables y arrendará la viña a otros, que le entregarán el fruto a su debido tiempo”. Jesús agregó: “¿No han leído nunca en las Escrituras: ‘La piedra que los constructores rechazaron ha llegado a ser la piedra angular: esta es la obra del Señor, admirable a nuestros ojos?’. Por eso les digo que el Reino de Dios les será quitado a ustedes, para ser entregado a un pueblo que le hará producir sus frutos”. Los sumos sacerdotes y los fariseos, al oír estas parábolas, comprendieron que se refería a ellos. Entonces buscaron el modo de detenerlo, pero temían a la multitud, que lo consideraba un profeta.
Palabra del Señor.

MEDITAMOS LA PALABRA

 “Escuchen”.

El auditorio es concreto y preciso: los poderes religiosos (sumos sacerdotes) y los poderes políticos (los senadores) de Israel. Hoy ese auditorio es distinto y, al mismo tiempo, parecido. Son los sistemas económicos y financieros, las luchas por el poder político, o las dictaduras de las ideologías, las que imponen los caminos y hasta los valores. Las tres tienen las mismas cartas credenciales: la ambición, la mentira, la falsa justificación y la corrupción. Ambición y corrupción se dan la mano en la actitud de los viñadores homicidas.Todo ello es fuente de procesos deshumanizantes que abren heridas en tantos rostros humanos: la pobreza, las injusticias, las marginaciones…. Presencias del dolor y del sufrimiento, causados por los poderosos de turno… La persona humana no cuenta, se convierte en un objeto sin valor ante las ambiciones de otros. Los viñadores homicidas son la presencia de toda ambición y codicia: se quieren quedar con la viña, con aquello que no les pertenece. Y lo hacen de un modo cruel: maltrataron, apedrearon, mataron.

1.      La solicitud paciente y amorosa de Dios “a pesar de”.

San Mateo utiliza cinco verbos para mostrar la solicitud paciente y amorosa de Dios por su viña, por su creación y sus criaturas: plantó, rodeó, cavó, construyó, arrendó. ¿Qué más pude hacer por mi viña? Dios no abandona la obra de sus manos. “A pesar del” rechazo continúa amando a su viña y envía a otros mensajeros; “a pesar” de la oposición a sus planes se hace presente en el ministerio profético (“han matado a los profetas”, afirma Nehemías); “a pesar de” rechazar la misión del Hijo, el Padre continúa manifestando su misericordia. Eso sí, quitará el Reino de Dios a los ambiciosos, corruptos e injustos (sumos sacerdotes y senadores), y lo pondrá en las manos de quienes se comprometan a asumir en la vida su proyecto creacional y salvífico.

2.      La negación de la propia identidad.

Los viñadores olvidan las señas de su propia identidad: son arrendatarios, no dueños de la viña. Este es el drama más profundo de nuestra cultura actual. La criatura ambiciona el papel de creador. Niega su identidad. Pablo VI lo afirmaba de esta manera tan rotunda: “La religión del Dios que se hace hombre está siendo sustituida por la religión del hombre que se hace Dios”. Es la tentación de origen: “Seréis como dioses”. El progreso científico-técnico nos invita a creer que el hombre se basta por sí mismo; no necesita a Dios. Pero esta criatura con ambiciones de Creador, ¿ha solucionado la incógnita de la muerte?, ¿ha puesto fin al dolor y al sufrimiento?, ¿ha desterrado para siempre la pobreza y las injusticias?, ¿ha roto las cadenas de las esclavitudes modernas? Más bien, ha originado nuevos problemas, incapaz de devolver la dignidad a todo ser humano.

3.      La oposición a la novedad.

Los enviados por el amo de la viña son el símbolo de la novedad, de lo nuevo. Esa gran novedad, aportada por Cristo Jesús, es el Reino de Dios. Los mandatarios de Israel no aceptan que se desmonten sus posiciones y privilegios. Por eso rechazan la novedad que aportan los enviados. ¿La reacción? El maltrato, el apedreamiento y el homicidio. Los tres signos de muerte. Esa actitud nos habla de que algunos no quieren la vida para todos, apoya las discriminaciones sociales, favorece las exclusiones de los que no cuentan. Cerrarse a la novedad del Evangelio que aporta y personifica Cristo Jesús equivale a abrir las puertas a todo tipo de manipulaciones en detrimento de la dignidad de todos.

Los seguidores de Cristo y de su Evangelio estamos llamados a ser “sacramento” de la solicitud amorosa del Padre; convocados a proclamar la dignidad de las criaturas sin suplantar al Creador; receptores de una novedad que ilumina los senderos de la humanidad. La Iglesia debe ser profecía encarnada del proyecto de Dios, denunciando, sin paliativos, como lo hace la parábola, a los propagadores de muerte y de exclusión. Sin Dios, toda injustita es posible.


ESTUDIO BÍBLICO

Iª Lectura: Isaías (5,1-5): Una viña muy amada

I.1. La Iª Lectura de este domingo es una de las composiciones de más envergadura profética para hablar al pueblo y del pueblo. El gran maestro de la profecía de Judá y Jerusalén (s. VIII a. C.) comienza por este poema, canto o trova, a meterse de lleno en las entrañas de esa comunidad del pueblo elegido para poner sobre la mesa los sentimientos de Dios, sus profundas entrañas de búsqueda del pueblo amado. A pesar de la artificialidad con que en los cantos se eligen palabras y símbolos, en el caso del profeta no se trata de simple poesía, porque la poesía es sentimiento puro, y en Isaías, teología pura.

I.2. Este es el canto del amigo (se entiende que es el profeta), como cuando se habla del amigo del esposo, que canta un canto de amor. El amigo -"esposo de la viña"- ha mimado la viña: con lo que se expresa todo lo que Dios ha hecho con el pueblo elegido desde que lo liberó de Egipto y se hizo con él una Alianza. Puede resultar extravagante que el amigo tenga por esposa una "viña", pues eso es lo que hay que precisar en primer lugar. Una viña no puede tener sentido si no fuera porque es el "símbolo" de un amor verdadero, ¡cómo aman y miman los campesinos sus viñas! La imagen está lograda hasta el punto que la artificialidad logra su cometido. El pueblo de Israel, pueblo de origen pastoril, errante, esclavo, llega a sedentarizarse en un lugar, en una tierra, que es un don, y plantan viñas y huertas. ¡Así es de verdad la libertad campesina! La identificación entre el pueblo y la viña es patente.

I.3. ¿Qué más puede hacer un Dios por un pueblo? ¿Qué ha sucedido para que la viña no produzca buen fruto? Para entender todo eso debemos leer el libro de Isaías desde el comienzo hasta este momento, porque ahí describe el profeta lo que ha pasado: buscan otros dioses, buscan en la naturaleza y la fertilidad lo que viene de Dios; los poderosos han implantado la injusticia; Jerusalén, centro de la religión, no cuida de los desgraciados, de los huérfanos, de las viudas; la ciudad vive del soborno y el robo de unos pocos que se enriquecen. Antes, errantes, peregrinos por el desierto, probablemente eran más solidarios. Los sufrimientos compartidos, solidarizan. Pero las cosas han cambiado.

I.4. El poema de la viña es la expresión poética de lo que se ha descrito previamente con palabras más duras. Pero no olvidemos, como dice el profeta, que este es un canto de amor. Es la forma que Dios tiene, por medio de su amigo el profeta, de hablar al corazón del pueblo, como la amada al amado. Es decir, esto se afirma, se expresa, porque se ama de verdad y porque se espera una respuesta. Hay reproches, incluso amenazas, porque si la persona amada no responde ¿qué puede suceder? Las viñas se cortan y se plantan otras cosas.

IIª Lectura: Filipenses (4,6-9): La comunidad cristiana, viña del Señor

II.1. Es verdad que el texto de Filipenses debería estar precedido por el anuncio de la alegría y de la presencia inmediata del Señor (vv. 4-5), que justifican a todos los efectos las exhortaciones de la lectura de hoy de cómo esperar y vivir ese momento como una verdadera comunidad cristiana. No obstante la lectura se centra en la praxis verdadera de oración y confianza cara al futuro, en no tener miedo pase lo que pase. En este sentido podemos tener muy en cuenta lo que se nos dice que esos versículos mencionados (que se leen en Adviento.

II.2. No obstante podríamos considerar que la lectura en sí, es la contrarréplica a lo que el profeta Isaías ha descrito sobre la viña del Señor. Ahora Pablo está hablando de lo que debe ser una comunidad cristiana en el mundo. El valor simbólico y teológico de la viña del Señor sigue estando presente. Digamos que en una descripción práctica de la calidad del fruto de la viña; ésta debe identificarse en el mundo por la alegría, la comprensión, la paz en el corazón y en la mente, porque si no se tiene paz interior, profunda, iremos a la guerra y justificaremos la violencia. Y además: la verdad, lo justo, la limpieza de corazón. En definitiva, hacer el bien siempre y en todo momento. Esto es lo que el profeta pedía a la viña del Señor y esto es lo que Pablo pide a la comunidad cristiana.

Evangelio: Mateo (21,33-43): Dios, ha plantado una viña, una comunidad, nueva

III.1. El evangelio nos propone la parábola de los viñadores homicidas y está en continuidad con los textos del evangelio de Mateo que muestran las polémicas de Jesús con los dirigentes judíos antes de la pasión, viniendo a poner el punto final de una polémica que comenzó en Galilea. Aunque la parábola está tomada de Marcos (12,1-12), el primer evangelio nos propone algunos matices que llevan el texto a una densidad polémica contra el judaísmo, que extraña sobremanera en este evangelio de Mateo, tan propicio a asumir lo mejor de la teología veterotestamentaria y judaica.

III.2. En la redacción y sentido de esta parábola juega un papel importante la reflexión sobre el Sal 118,22-23. Se identifica claramente a los viñadores con los jefes del pueblo. El "vosotros" del v. 43 indica que los dirigentes religiosos del judaísmo, rechazando a Jesús, han perdido su última oportunidad de dar a Dios lo que correspondía y, de esa forma, han arrastrado a todo el pueblo en su infidelidad como aparecerá claramente en el juicio ante Poncio Pilato (cf Mt 27,20-25). La segunda parte de la sentencia anuncia el traspaso de la viña que no se hará a "otros dirigentes" sino a un nuevo "pueblo que produzca frutos" (v. 43). Esto es importante para entender esta parábola, no solamente porque los cristianos debemos rechazar todo antisemitismo, sino porque es verdad que la decisión final de condenar a Jesús estuvo en manos de "dirigentes" ciegos para ver e imposibilitados para acoger palabras proféticas como las de Jesús sobre Dios y sobre el Reino.

III.3. Esta parábola, con sus transformaciones en la comunidad cristiana después de la pasión de Jesús, es una puerta abierta siempre a la conversión, a la esperanza. Los hombres que en tiempos de Jesús aguardaban, entonces, que se diera en su generación la irrupción de un mundo nuevo e inaudito, se percataron de que aquella parábola iba por ellos y no quisieron aceptar que el tiempo nuevo había llegado con aquél profeta que hablaba de aquella manera. Quien entiende que esta parábola nos introduce en un mundo donde sólo hay vida cuando no se vive a costa de otras vidas, habrá dado con esa puerta abierta a la esperanza, a la fraternidad, a la paz y a la justicia. Sabemos que la realidad última, para la fe cristiana, es Dios mismo, pero como Dios Padre de todos los hombres. Era el Padre de Jesús, el profeta de Nazaret, y ese Dios, cuando se asesina a cualquier hombre, siente en sus entrañas lo que sintió con la muerte de Jesús. También esta parábola de Jesús es un canto de amor por la vida.

III.4. Pero no podemos evitar sacar conclusiones muy significativas para ahora y para todos los tiempos. La religión que mata o permite guerras en nombre de Dios, no es exactamente "religión", religación a Dios. Por eso esta es una parábola que debe leerse clara y contundentemente contra los fundamentalismos religiosos que amenazan tan frecuentemente a los pueblos y a las culturas. No hay apologética capaz de defender a "nuestro Dios" con la muerte de los otros, porque en todos esos asesinados, Dios mismo está muriendo. Y si Jesús fue eliminado, creyendo los dirigentes que daban gloria a su Dios, se encontraron con que esa muerte se ha convertido en la "piedra angular" de una religión nueva de amor y de paz. Y los asesinos fundamentalistas, pues, quedarán sin Dios y sin religión.


PARA FORMAR CONCIENCIA... 






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