domingo, 25 de enero de 2015

DOMINGO 3° DEL TIEMPO ORDINARIO


“Está cerca el Reino de Dios” 

Llevando tras de sí desde el domingo pasado algunos colaboradores para su proyecto, Jesús anuncia el programa de su vida y la de sus seguidores: la construcción de un mundo más justo y humano. Es la materialización del Proyecto de Dios, del Reino de Señor en nuestro mundo. Es el comienzo de la predicación de Jesús y la forma de relación con el Dios amor encarnado en Cristo.

DIOS NOS HABLA COMPARTIMOS LA PALABRA

I LECTURA

Jonás, obediente a Dios, predica en un lugar pagano que nada tiene que ver con la tradición de Israel, y cuyos habitantes no conocían la Ley de Yavé. Sin embargo, reconocen que Dios es el Dios de todo el mundo, de todos los hombres. Y Jonás logra que Dios se manifieste con su perdón.

Lectura de la profecía de Jonás 3, 1-5. 10

La palabra del Señor fue dirigida por segunda vez a Jonás, en estos términos: “Parte ahora mismo para Nínive, la gran ciudad, y anúnciale el mensaje que yo te indicaré”. Jonás partió para Nínive, conforme a la palabra del Señor. Nínive era una ciudad enormemente grande: se necesitaban tres días para recorrerla. Jonás comenzó a internarse en la ciudad y caminó durante todo un día, proclamando: “Dentro de cuarenta días, Nínive será destruida”. Los ninivitas creyeron en Dios, decretaron un ayuno y se vistieron con ropa de penitencia, desde el más grande hasta el más pequeño. Al ver todo lo que los ninivitas hacían para convertirse de su mala conducta, Dios se arrepintió de las amenazas que les había hecho y no las cumplió.
Palabra de Dios.

Salmo  24, 4-5b. 6. 7b-9

R. Muéstrame, Señor, tus caminos.

Muéstrame, Señor, tus caminos, enséñame tus senderos. Guíame por el camino de tu fidelidad; enséñame, porque tú eres mi Dios y mi salvador. R.

Acuérdate, Señor, de tu compasión y de tu amor, porque son eternos. Por tu bondad, Señor, acuérdate de mí según tu fidelidad. R.

El Señor es bondadoso y recto: por eso muestra el camino a los extraviados; él guía a los humildes para que obren rectamente y enseña su camino a los pobres. R.

II LECTURA

“Todo estado es vocación... la misma situación social es el marco de la santidad de cada uno. En la segunda lectura, cuando Pablo, hablando a las situaciones concretas en que viven los hombres: unos casados, otros sin compromisos matrimoniales, unos esclavos, otros señores, les dice que ese marco concreto en el cual viven, es donde Dios los quiere santificar, con tal que ese marco histórico lo purifiquen de todo pecado. Toda situación en el mundo es buena para ser santo con tal que el hombre muestre en esa situación que no está de acuerdo con el pecado. De ahí que la lucha de los cristianos es por convertirse ellos y convertir al mundo del pecado al Reino de Dios que ya está cerca”.

Lectura de la primera carta del apóstol san Pablo a los cristianos de Corinto 7, 29-31

Lo que quiero decir, hermanos, es esto: queda poco tiempo. Mientras tanto, los que tienen mujer vivan como si no la tuvieran; los que lloran, como si no lloraran; los que se alegran, como si no se alegraran; los que compran, como si no poseyeran nada; los que disfrutan del mundo, como si no disfrutaran. Porque la apariencia de este mundo es pasajera.
Palabra de Dios.
ALELUYA        Mc 1, 15

Aleluya. El Reino de Dios está cerca. Conviértanse y crean en el Evangelio. Aleluya.

EVANGELIO

Hoy, como en otros tiempos, Jesús pasa cerca de nosotros, y nos llama. Nos da una misión, y cada uno debe descubrirla. Al hacerlo, quedamos para siempre comprometidos con ella.

Ì Evangelio de nuestro Señor Jesucristo según san Marcos 1, 14-20

Después, que Juan Bautista fue arrestado, Jesús se dirigió a Galilea. Allí proclamaba la Buena Noticia de Dios, diciendo: “El tiempo se ha cumplido: el Reino de Dios está cerca. Conviértanse y crean en la Buena Noticia”. Mientras iba por la orilla del mar de Galilea, vio a Simón y a su hermano Andrés, que echaban las redes en el agua, porque eran pescadores. Jesús les dijo: “Síganme, y yo los haré pescadores de hombres”. Inmediatamente, ellos dejaron sus redes y lo siguieron. Y avanzando un poco, vio a Santiago, hijo de Zebedeo, y a su hermano Juan, que estaban también en su barca arreglando las redes. En seguida los llamó, y ellos, dejando en la barca a su padre Zebedeo con los jornaleros, lo siguieron.
Palabra del Señor.

MEDITAMOS LA PALABRA DE DIOS

“Está cerca el Reino de Dios”

La afirmación de Jesús “está cerca el Reino de Dios”, conlleva proximidad temporal y buena noticia y ambas, íntimamente unidas. Cristo mismo es a la vez realidad de Dios en el mundo y Evangelio de Dios. Es el proyecto de Dios para el ser humano que cuenta necesariamente con nuestra la colaboración.

Entender el Reino de Dios como un lugar o un espacio, y aún no realizado plenamente, es no entender correctamente qué es el Reino de Dios. ¿Cómo podemos decir que está cerca, después de dos mil y pico años? El buen entendimiento del Reino de Dios conlleva cambio de valores y la adquisición de determinadas actitudes. Es un modo de ver, valorar, pensar, y juzgar distinto el mundo. Tanto más cerca está el Reino de Dios cuanto más presentes estén esos valores en el seguidor de Cristo. Se ha cumplido el plazo y una nueva época ha amanecido: la presencia amistosa y buena de Dios en el mundo por medio de su Hijo, Palabra encarnada.

La presencia amistosa de Dios, hermosea el mundo, bien eliminando lo que no funda comunidad, iglesia, sociedad, bien potenciándolas. No todas las cosas de este mundo son contrarias al proyecto de Dios. Discernir sobre ellas es verlas con la mirada de Dios expresada en el Génesis “y vio Dios que todo era bueno” (Gn. 1,12).

Es vivir constantemente en clave escatológica (aires de resurrección) como enseña la segunda lectura: vivir como si no se poseyera nada. Apartan de este Reino de Dios: la mentira, la estafa, los falsos testimonios, la corrupción, etc. Lo contrario produce cambio en el corazón, un corazón nuevo, actitudes nuevas y estructuras sociales mejores.

Convertíos

La realización del Reino de Dios necesita conversión total de la personas, no como un acto puntual y atemporal, sino como repetición de actos que engendran un buen hábito (virtud), una actitud continuada en la búsqueda de ese Dios cercano. En el evangelio aparece como imperativo, y de los primeros que pronuncia Cristo: convertíos (no hay que olvidar que está dando comienzo a la vida pública del Señor).

Si Jonás con su obediencia a Dios y su predicación movió el corazón de los ninivitas, la Palabra de Dios encarnada ha de tener mayor fuerza y capacidad de conversión. El cristiano se sabe elegido por Dios, no para encerrarse en sí mismo, sino para compartir los privilegios propios de hijo de Dios y heredero de su gloria.

Si por medio de Jonás Dios aleccionó a su pueblo en el universalismo, la tolerancia, la apertura amorosa de los brazos divinos que acogen a todos en la casa del Padre, con Cristo la lección es ya Divina. La conversión impulsa a la misma actitud que Jonás “levántate” y a ponerse en camino.

Porque la representación de éste mundo se termina

Ante el reinado de Dios, instaurado por la actuación de Jesús - predicación, milagros, controversias, y de manera especialmente muerte y Resurrección-, las realidades humanas adquieren nuevo sentido: comprar-vender, llorar-reír, casarse o permanecer célibe, todo es diferente y con distinto valor.

Dicho con palabras de san Pablo: "la presentación de este mundo se termina", porque Dios hace nuevas todas las cosas en la realización cuasi-utopía de su Reino, donde pobres y tristes, enfermos y condenados, excluidos y ofendidos de la tierra son rescatados y acogidos; donde ricos y poderosos son llamados urgentemente a la conversión. La realidad ha cambiado y lo atrayente del mensaje implica, en el seguidor cristiano, no quedarse de brazos cruzados. Escuchar su llamada, seguirlo dejando todo y cambiando los útiles de trabajo como hicieron Simón, Andrés, Santiago y Juan, son síntomas positivos de que la conversión personal y la construcción de ese Reino van por buen camino.

Escribe el Papa Francisco en la Evangelii Gaudium: “Toda la creación quiere decir también todos los aspectos de la vida humana, de manera que la “misión del anuncio de la Buena Nueva de Jesucristo tiene un destinación universal. Su mandato de caridad abraza todas las dimensiones de la existencia… Nada de lo humano le puede resultar extraño. La verdadera esperanza cristiana, que busca el Reino escatológico, siempre genera historia” (cfr. nº, 181).

El cristiano tiene la misión de, por su conversión a Cristo y seguimiento, misionar en el mundo construyendo el Reino de Dios.

ESTUDIO BÍBLICO

Primera Lectura: (Jonás 3,1-5.10)

Marco: El relato no pretende presentar un personaje históri co. El género de esta obra es muy parecido al parabólico en los evangelios. Se trata de una dramatización en la que se pretendí contraponer dos modos diferentes de interpretar la vida, el comportamiento y la historia de los hombres: se quiere subrayar la acción de un Dios misericordioso y clemente que está dispuesto a perdón y a la indulgencia de cuantos se acercan a él; el protagonista de la obra representaría ciertos ambientes religiosos de corazón poco generoso. El vencedor final es el Dios misericordioso que abre el tesoro de su perdón a los ninivitas que se reconocen necesitarlo. La lectura recoge el momento del anuncio a los ninivitas.

Reflexiones
1) ¡Vete a proclamar a los ninivitas el pregón que yo te diré!
Levántate y vete a Nínive... El protagonista de esta historia se pone en manos de quien le envía y emprende el camino hacia la misión que se le encomienda. Nínive es tierra de paganos, pero no importa, el mandato del Señor prevalece. Encontrarnos un primer atisbo del universalismo de la salvación que más tarde se hará realidad y se abrirá camino entre los paganos para facilitarles el acceso a la fe y a la salvación. Evangelizar consiste en ser embajador de otro, mandado por otro, transmisor de lo que al otro le place; evangelizar consiste en poner frente a frente el proyecto de Dios y las necesidades reales de los hombres. Y eso sólo lo sabe Dios mismo. Jonás se pone en marcha y realiza el proyecto de Dios. Cierto que en el trascurso de esta dramatización las reacciones de Jonás son un contraste con la misión y finalidad que Dios quería.

Segunda Lectura: (1 Corintios 7,29-31)

Marco: El contexto son las respuestas de Pablo a los corintios para tratar de resolver los problemas concretos que abarcan los capítulos 7 al 10. En esta sección se hace eco Pablo de dos problemas que tenía planteados la comunidad de Corinto, a saber: cuál ha de ser la actitud del cristiano ante la alternativa virginidad o matrimonio; y cómo debe comportarse un cristiano cuando es invitado a un banquete pagano en el que se sirvan carnes sacrificadas a los falsos dioses. La lectura de hoy trata del primer tema.

Reflexiones
1) ¡Las paradojas del ser cristiano en medio de la historia!
Los que lloran como si no lloraran... ¡Atención a las paradojas utilizadas! La paradoja, forma de expresión que Jesús utilizaba muy gustosamente, es un recurso literario utilizado para llamar la atención del oyente o del lector. El apóstol, que recurre gustoso también a la paradoja, no pretende minimizar las realidades humanas vividas en la historia. Lo que intenta es invitar al lector a dirigir la mirada a otra parte superior y que ofrece al hombre su plena realización. Desde esta perspectiva nueva desciende a lo cotidiano y lo valora. Quien se deja atraer y fascinar por ese final esplendoroso comienza a entender el valor de lo tangible, que es un valor ciertamente. Lo plenamente humano es este destino y la peregrinación por la historia es un anticipo del destino y una tarea a realizar para prepararlo. El creyente, dice Pablo, debe interpretar y comprender su vida sobre la tierra poniendo su corazón y su esperanza en la meta final. Si viviera hoy utilizaría la imagen de una carrera ciclista: todos los ciclistas, al comenzar la carrera, ponen su mirada en la meta final donde esperan ser coronados. Pero saben que deben cubrir un número determinado de etapas; no pocas dificultades y sufrimientos; una mezcla de fracaso y éxito durante el camino. Pero la meta final empuja todo el proceso y evita que las dificultades ahoguen el anhelo de la corona final. Este equilibrio es el que Pablo quiere enseñar a sus fieles de Corinto y a los creyentes de hoy.

Evangelio: (Marcos 1,14-20)

Marco: El contexto es el comienzo del ministerio de Jesús. Marcos hace coincidir; en estos primeros compases, el programa completo de la predicación de Jesús presentado en lapidarios y breves epígrafes: Dios cumple su proyecto a favor de la humanidad; que Dios comienza a manifestarse y actuar como único soberano de la historia de los hombres; que su predicación y su presencia en el mundo debe conducir a un cambio de rumbo de las vidas humanas, a una rectificación profunda, a un dirigir la mirada en otra dirección totalmente nueva marcada por Jesús; que abrirse al Evangelio es la última oferta y posibilidad que Dios hace a la humanidad y que es la mejor decisión que el hombre puede tomar en su vida.

Reflexiones

1) ¡El proclamador itinerante del Evangelio de Dios!

Cuando arrestaron a Juan, Jesús se marchó a Galilea a proclamar el Evangelio de Dios. Se ha cumplido la tarea de Juan como preparador de la venida del Mesías. Tanto el contenido como el talante de Jesús al entregarse a una evangelización itinerante nos invitan a una importante reflexión. El tema central de la predicación de Jesús es el anuncio gozoso del reino de Dios o de la ya inminente soberanía de Dios que se hace presente en Jesús mismo al proclamarla con su palabra y sus signos (por esta razón se llaman signos basileicos). El mismo hecho de la evangelización es un signo de que hemos llegado al final de los tiempos o al momento de la actuación definitiva de Dios en la historia. Marcos recuerda los cuatro ternas en que se puede resumir toda la predicación y actuación de Jesús. El término de Buena Noticia arranca, sobre todo, del segundo Isaías que anunciaba la próxima e inminente liberación del pueblo de Dios saliendo de la esclavitud o exilio de Babilonia. Desde entonces las fórmulas Buena Noticia o anunciar la Buena Noticia se convirtieron en términos cargados de sentido salvador, de promesa y cumplimiento. Por eso Jesús era muy parco en la utilización del término Evangelio.

En realidad quien sintetizó toda la acción de Jesús en este término fue el apóstol Pablo que lo utiliza abundantemente en sus cartas. Frecuentemente lo hace con algún genitivo que lo precisa: Evangelio de la gracia, de la paz, de la salvación. Y en un momento de su evolución, Pablo lo utiliza sin genitivo: el Evangelio. Pues bien, el redactor marcano supo sintetizar la obra, la persona y la predicación de Jesús en esa expresión. Todo es una Buena Noticia por antonomasia. Hoy como ayer necesitamos volver al sentido primigenio de esta expresión que no es una palabra sino un trascendental contenido que necesitan escuchar, participar y entrar en él los hombres de nuestro tiempo. Acaso más que nunca es necesario volver al Evangelio, volver al talante de Jesús al anunciarlo y descubrir que estamos de camino, que somos peregrinos que se dirigen hacia una gran esperanza: la experiencia temporal y definitiva de la Soberanía de Dios que derrocha bondad y amor misericordioso sobre los hombres. El encuentro con el Evangelio sería para los hombres y mujeres de nuestro tiempo la clave de una verdadera humanización con perspectivas de trascendencia mientras se comprometen en la temporalidad.

2) ¡El núcleo de la proclamación de Jesús!

Jesús decía: se ha cumplido al plazo, está cerca el reino de Dios; convertíos y prestad vuestra adhesión a la Buena Noticia. En síntesis apretada, la predicación itinerante de Jesús se concentró en cuatro elementos fundamentales: el primero, el cumplimiento del tiempo establecido por el Padre. Segundo, en la persona y actuación de Jesús comienza a despuntar ya la soberanía de Dios. Podemos leer un texto en el relato evangélico de Mateo y de Lucas que nos describe admirablemente el contenido del reino: Id a contar a Juan lo que estáis viendo y oyendo: los ciegos ven, los cojos andan, los leprosos quedan limpios, los sordos oyen, los muertos resucitan y a los pobres se les anuncia la Buena Noticia. ¡Y dichoso el que no encuentre en mí motivo de tropiezo! (Mt 11,2-6). Esta lista recoge varios textos de Isaías en los que anuncia el futuro reino de Dios. Con el anuncio del reino comienza a alborear una nueva etapa, comienza a alborear en el mundo el día de la salvación. El reino o la proclamación de la soberanía de Dios centró y ocupó toda la vida de Jesús. Es un tema que encontramos en los cuatro narradores evangélicos (aunque en Juan muy poco porque centro esta actuación en la vida eterna y la propia persona de Jesús). La característica propia de Jesús es que el reino de Dios está ya presente, comienza ya a alborear y pronto será plenamente presente en su muerte y resurrección con la acción del Espíritu Santo. Tercero, es necesario cambiar radicalmente para entrar en el reino. La conversión, la rectificación, el cambio de actitud en labios de Jesús tiene una finalidad: entrar en el reino, participar en él, enrolarse en la nueva creación que él viene a aportar. Entre la espera (marcadamente política y nacional) del Mesías por el pueblo de Dios y la oferta de Jesús hay un contraste importante. Por eso es necesario cambiar de mentalidad para entrar en el reino. Y por eso la insistencia en ese cambio fundamental íntimo y estructural es un elemento básico del anuncio de Jesús. Cuarto, es necesario también abrirse al Evangelio, del que hemos hablado más arriba. Y éste es realmente el tiempo salvífico establecido por el Padre.


Esta síntesis recoge la propia comprensión que Marcos tenía del ministerio de Jesús. Para ello se vale del lenguaje y conceptos paulinos que sintetiza lo más nuclear de la fe cristiana. Para que ese anuncio del reino sea creíble a los hombres y mujeres de nuestro tiempo debe ser presentado en sus dos perspectivas complementarias necesariamente: el compromiso en la temporalidad o en la etapa histórica del reino y una esperanza abierta sin temor hacia el futuro (porque el reino es a la vez histórico y trascendente; temporal y eterno; íntimos y manifestado; pero siempre de la mano de la paz). El compromiso temporal de los creyentes es una contribución al establecimiento del reino en primicia. Este compromiso apunta sin ambigüedades a lo que es realmente el reino: un estado definítivo en el que la concordia, la igualdad, la comunión con Dios y la felicidad sin fin serán una realidad inmarcesible. Pues es necesaria dar signos convincentes y atrayentes del realismo de la esperanza cristiana comenzando en el tiempo y en la historia. (Fr. Gerardo Sánchez Mielgo OP).

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