domingo, 19 de julio de 2015

DOMINGO 16º DEL TIEMPO ORDINARIO


Andaban como ovejas sin pastor

En los domingos anteriores, 14º y 15º, se ha ido leyendo el capítulo sexto del Evangelio según san Marcos, el cual está enmarcado dentro del bloque que narra la actividad de Jesús en Galilea. Los versículos de la lectura de hoy (30-34) sirven como introducción al relato de la primera multiplicación de los panes realizada por Jesús, en esta ocasión, en favor de los judíos, más específicamente, en beneficio de su pueblo.

Esta introducción inicia con la referencia al resultado de la misión de los Doce (vv. 6b-13) y termina aludiendo a la actitud de Jesús ante la multitud que se le aglomera. Tanto la actividad del maestro como la de los discípulos es una actividad pastoral. El texto indica que la auténtica motivación de Jesús, y la que debe tener todo discípulo suyo para servir al Pueblo de Dios, es la compasión.

DIOS NOS HABLA. CONTEMPLAMOS SU PALABRA.

I LECTURA

Los pastores que condena Dios por medio de las palabras de Jeremías son las autoridades que se aprovecharon de su poder para maltratar al pueblo. La solución a esta práctica del poder perverso vendrá de Dios, cuando él mismo asuma la conducción del rebaño.

Lectura del libro de Jeremías 23, 1-6

¡Ay de los pastores que pierden y dispersan el rebaño de mi pastizal! –oráculo del Señor–. Por eso, así habla el Señor, Dios de Israel, contra los pastores que apacientan a mi pueblo: Ustedes han dispersado mis ovejas, las han expulsado y no se han ocupado de ellas. Yo, en cambio, voy a ocuparme de ustedes, para castigar sus malas acciones –oráculo del Señor–. Yo mismo reuniré el resto de mis ovejas, de todos los países adonde las había expulsado, y las haré volver a sus praderas, donde serán fecundas y se multiplicarán. Yo suscitaré para ellas pastores que las apacentarán; y ya no temerán ni se espantarán, y no se echará de menos a ninguna –oráculo del Señor–. Llegarán los días –oráculo del Señor– en que suscitaré para David un germen justo; él reinará como rey y será prudente, practicará la justicia y el derecho en el país. En sus días, Judá estará a salvo e Israel habitará seguro. Y se lo llamará con este nombre: “El Señor es nuestra justicia”.
Palabra de Dios.

Salmo 22, 1-6

R. El Señor es mi pastor, nada me puede faltar.

El Señor es mi pastor, nada me puede faltar. Él me hace descansar en verdes praderas, me conduce a las aguas tranquilas y repara mis fuerzas. R.

Me guía por el recto sendero, por amor de su Nombre. Aunque cruce por oscuras quebradas, no temeré ningún mal, porque tú estás conmigo: tu vara y tu bastón me infunden confianza. R.

Tú preparas ante mí una mesa, frente a mis enemigos; unges con óleo mi cabeza y mi copa rebosa. R.

Tu bondad y tu gracia me acompañan a lo largo de mi vida; y habitaré en la Casa del Señor, por muy largo tiempo. R.

II LECTURA

San Pablo está haciendo mención del pueblo judío y del pagano, que, por la fe en Jesús, han unido sus vidas y sus proyectos para siempre. Del mismo modo, podemos pensar que Cristo nos ofrece la paz y la unidad a cada uno de los pueblos, a cada familia y a cada hijo suyo.

Lectura de la carta del Apóstol san Pablo a los cristianos de Éfeso 2, 13-18

Hermanos: Ahora, en Cristo Jesús, ustedes, los que antes estaban lejos, han sido acercados por la sangre de Cristo. Porque Cristo es nuestra paz: Él ha unido a los dos pueblos en uno solo, derribando el muro de enemistad que los separaba, y aboliendo en su propia carne la Ley con sus mandamientos y prescripciones. Así creó con los dos pueblos un solo hombre nuevo en su propia persona, restableciendo la paz, y los reconcilió con Dios en un solo Cuerpo, por medio de la cruz, destruyendo la enemistad en su persona. Y él vino a proclamar la Buena Noticia de la paz, paz para ustedes, que estaban lejos, paz también para aquéllos que estaban cerca. Porque por medio de Cristo, todos sin distinción tenemos acceso al Padre, en un mismo Espíritu.
Palabra de Dios.

ALELUYA        Jn 10, 27
Aleluya. “Mis ovejas escuchan mi voz, yo las conozco y ellas me siguen”, dice el Señor. Aleluya.

EVANGELIO

 “Hoy, la figura de Cristo se nos presenta como el Rey-Pastor. Rey y Pastor de todos los pueblos del mundo, de toda la historia. Él tiene la clave de la solución de la historia y de los momentos críticos de los pueblos. Los pueblos sólo mirándolo a él podrán encontrar solución. Si volvemos la espalda a Cristo, seguiremos viviendo en este absurdo ‘del rebaño disperso’.

Evangelio de nuestro Señor Jesucristo según san Marcos 6, 30-34

Al regresar de su misión, los Apóstoles se reunieron con Jesús y le contaron todo lo que habían hecho y enseñado. Él les dijo: “Vengan ustedes solos a un lugar desierto, para descansar un poco”. Porque era tanta la gente que iba y venía, que no tenían tiempo ni para comer. Entonces se fueron solos en la barca a un lugar desierto. Al verlos partir, muchos los reconocieron, y de todas las ciudades acudieron por tierra a aquel lugar y llegaron antes que ellos. Al desembarcar, Jesús vio una gran muchedumbre y se compadeció de ella, porque eran como ovejas sin pastor, y estuvo enseñándoles largo rato.
Palabra del Señor.

MEDITAMOS LA PALABRA DE DIOS

El pastoreo del Pueblo
La actividad pastoril es propia de los pueblos mediterráneos. La Biblia compara en muchas ocasiones la relación de Dios con su Pueblo como la de un pastor que apacienta su rebaño (Salmo 22: «el Señor es mi pastor, hada me falta»). Esta imagen es aplicada también a los dirigentes del pueblo de Israel. Así, leemos en la primera lectura (Jr 23, 1-6) la queja que Dios remite a los que debiendo pastorear a su Pueblo le dispersan y dejan perecer las ovejas. La queja pone de relieve el resultado funesto de la actividad de los pastores, quienes no ejercieron la misión encomendada por Dios tal como Él esperaba que la hicieran.

Pastorear es sinónimo de acompañar
La imagen del pastor aplicada a los dirigentes implicaba acompañar al Pueblo en su relación y camino hacia Dios. Pastorear no es otra cosa que acercar las personas a Dios y facilitar su encuentro. Es una tarea que fomenta la comunión entre Dios y los seres humanos y de ellos entre sí. Cuando Jesús ve la multitud que andaba como ovejas sin pastor, constata la necesidad que tenían de que alguien les guiara y les acompañara. La misión de los Doce, narrada en este capítulo, también fue una actividad por medio de la cual acercaban el pueblo a Dios.

Pastorear, tarea de todos
En la Nueva Alianza, iniciada y fundamentada en la persona del Hijo encarnado, la tarea cristiana de pastorear no se limita a la actividad de la jerarquía, sino que es propia de todo el pueblo cristiano. Todo bautizado es mediador entre Dios y los hombres, a razón de su dignidad bautismal. Acercar a las personas hacia Dios es tarea de todos y de todas, así como acompañarles en su caminar. Esta tarea pastoral, para que realmente produzca los frutos que Dios espera, ha de ser motivada por la misericordia y la compasión. Sin estos valores corremos el riesgo de buscar nuestros propios intereses o de realizar una actividad en la que Dios puede pasar de largo por nuestras vidas. Para ser verdaderos pastores hay que ponerse en los zapatos de los demás, estar unidos en un mismo corazón y buscar siempre el bien ajeno por encima del propio.


ESTUDIO BÍBLICO

Tema general: Es la continuación de los domingos anteriores que se centraron en la llamada para la misión. Hoy se nos invita a contemplar esta reflexión en la figura del pastor, su simbología, su significación, sus actitudes y sus cualidades

Primera lectura: Jeremías 23,1-6.

Marco: El capítulo 23 forma parte de una sección amplia de este libro que recoge una serie de oráculos contra los reyes y contra los falsos profetas. Por tanto los oráculos se dirigen contra las dos instituciones principales del pueblo de Israel. Dirige duros reproches a los reyes de Judá, enjuiciando su comportamiento personal y su modo de gobernar al pueblo. Y también contra los falsos profetas que anuncian falsa paz y falsa prosperidad en un momento de gravísima crisis y peligro inminente la invasión.

Reflexiones:
1ª: ¡ Los pastores tienen la noble y grave misión de ser representantes de Dios!
¡Ay de los pastores que dejan perecer las ovejas de mi rebaño...Y mismo reuniré el resto de mis ovejas! Es bien conocida la imagen del pastor cuando se habla de la dirección de la vida de los pueblos. No es una imagen exclusivamente bíblica, pues la encontramos en los textos de otras religiones y pueblos. Israel heredó esta imagen y se la aplica en primer lugar a su Dios Yavé. Como ejemplo, recordemos el salmo 79: Pastor de Israel, escucha, tú que guías a José como un rebaño. Por tanto, la imagen del pastor aplicada a Dios significa solicitud por su rebaño que es su pueblo. A los reyes como representantes o lugartenientes de Dios, porque el rey de Israel es propiamente Dios mismo. Así lo recuerda la Escritura constantemente y de modo especial Is 7, en la profecía del Enmanuel. También los profetas participan de esta cualidad de pastores del pueblo en nombre de Dios. Pero pueden ser falsos profetas. Y contra ellos habla Jeremías. El destinatario de estos carismas es el pueblo. Y a los pastores se les exigen unas determinadas actitudes que quedan reflejadas a continuación. Ayer como los representantes del único Señor de ka historia son urgidos a revisar su tarea de dirigir al pueblo al bien común. Y todos participamos, en cierto modo, de esta misión.

Segunda lectura: Efesios 2,13-18.

Marco: Forma unidad con la primera parte de la carta centrada en el misterio de Cristo y de la Iglesia. La lectura de hoy viene precedido por Ef 2,1-12 que habla de la salvación ofrecida gratuitamente en cristo. El fragmento que hoy proclamamos podría llevar como título general: Cristo, artífice de la paz y de la unidad.

Reflexiones:
1ª: ¡Cristo es nuestra paz!
Ahora, por la sangre de Cristo, estáis cerca los que antes estabais lejos. Él es nuestra paz. Él ha hecho de los dos pueblos una sola cosa. Jesús, el Pastor, ideal tiene como primera tarea la que corresponde al verdadero rey-pastor, es decir, garantizar la paz. Estas afirmaciones del apóstol hay que enmárcalas en lo que significó históricamente la entrada de los gentiles en la Iglesia. Hasta la venida de Cristo, los judíos dividían al mundo en dos partes: judíos, pueblo de Dios llamados a la salvación y los gentiles, malditos y alejados de la salvación. La obra de Cristo, el Buen pastor, es el acercamiento y la comunión. Tengo otras ovejas que no son de este redil. También tengo que atraerlas y habrá un solo rebaño y un solo pastor (Jn 10). Esta misión de Jesús se enmarca en la línea que recibimos del Antiguo Testamento: el rey ha de garantizar la paz en el pueblo de Dios. Y ahora el pueblo de Dios está formado por judíos y gentiles. Ayer, como hoy, esta palabra invita a una profunda revisión de nuestras actitudes frente a los otros pueblos. Por cierto, ahora lo estamos viviendo de una manera sangrante con el gran problema de los inmigrantes ante los que los creyentes debemos optar por un gran compromiso de acogida y de comprensión. Todos son invitados a vivir en la paz y en la concordia.

Tercera lectura: Marcos 6,30-34.

Marco: seguimos, como el domingo anterior, en la tercera sección de la segunda parte del evangelio de Marcos que nos conduce de Nazaret, donde ha sido rechazado, hasta Cesarea de Felipe donde es reconocido como Mesías por Pedro, portavoz de los apóstoles. Es la continuación del hilo que dejamos el domingo pasado centrado en la llamada de los apóstoles y en un primer envío a evangelizar. Ahora nos explica Marcos la vuelta de los doce.

Reflexiones:
1ª: ¡Vamos a un sitio solitario para descansar un poco!
Los apóstoles volvieron a reunirse con Jesús y le contaron todo lo que habían hecho. Debo reconocer que esta escena siempre me causa un impacto personal singular. Los apóstoles son enviados como colaboradores del Jesús. Son los continuadores de la obra que va a realizar como buen pastor. Jesús ha depositado en ellos su confianza al asociarlos a la tarea común. Y los ha enviado lleno de confianza en que su Padre cuidaría de ellos. Y ahora vuelven contentos a dar cuenta de la misión realizada. Una escena ciertamente profunda y a la vez entrañable. Los futuros pastores en comunión con el Pastor. Y son invitados a un lugar tranquilo. Es necesario un tiempo de calma para sopesar el resultado de esta primicia de la misión que anuncia y prepara la gran misión apostólica que realizarán después de su Resurrección y para todos los pueblos. Ayer, como hoy, Jesús sigue depositando su confianza en sus pastores. Y ayer como hoy necesitamos encuentros tranquilos con el Maestro y Pastor que nos envía. ¿No necesitarla Iglesia y los pastores que en ella ejercen el ministerio recurrir con más frecuencia a un lugar tranquilo para revisar con el Maestro la tarea! Urgente advertencia para todos.
2ª: ¡ Andaban como ovejas sin pastor!

Eran tantos lo que iban y venían que encontraban tiempo ni para comer... Muchos fueron corriendo al lugar donde estaba Jesús...Andaban como ovejas sin pastor. Jesús es realmente el modelo de Pastor, el mejor Lugarteniente de su Padre. Se encarnan en él todas las cualidades que se esperaban del rey-pastor: rectitud, fidelidad al proyecto de Dios, procurar la realización de las cláusulas de la alianza, solicitud, generosidad y el don de la vida para llevar adelante la empresa. Jesús abre camino para que la humanidad logre experimentar la salvación. El Buen Pastor todavía encarna otra cualidad de Dios como Pastor y que deseaba la tuvieran sus lugartenientes para el pueblo de Israel, es decir, la actitud de misericordia. Jesús vio una multitud y le dio lástima de ellos, porque andaba como ovejas sin pastor. La misericordia, he ahí una gran característica del Pastor-Yavé y del Pastor Jesús. Ayer, como hoy, es urgente que los pastores sintamos profundamente la situación de las gentes a quienes somos enviados. La misericordia, de la que tan escaso anda nuestro mundo, es prerrogativa y característica de los verdaderos y solícitos conductores del pueblo de Dios. Misericordia no debilidad. Solicitud no acaparamiento. Generosidad en el respeto a la libertad de cada uno. Este talante de Jesús es un compromiso para los pastores de hoy. (Fr. Gerardo Sánchez Mielgo O. P.).









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